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LUIS BUSQUETS I GRABULOSA 2 3 7 universal de aquella salvación que está presente, desde el inicio, en el propósito divine, respecto de todos los hombres. Salvación que, re pitámoslo, no sólo perfecta y plenamente está presente en la Iglesia, sino que por la encarnación y redención de Cristo, muerto y crucifi cado «pro saluti totius mundi», eficazmente también ya opera en to da la humanidad. De ahí que la Iglesia sea sacramento de sí misma, es decir, de la salvación y de la gracia que en ella está presente y, a la vez, sacramento del mundo, es decir, de la salvación y de la gracia que ’extra Ecclesiam’ está presente en todo el universo y, en todas partes, hombres de buena voluntad, de modo no del todo reflejo quizás, aceptan y confirman “. Es tarea de la comunión de fieles hacer paten te, refleja y explícita esa salvación que poseen y a la que todos los hombres están llamados. De ese modo, diálogo Iglesia-comunión con el mundo-comunidad de hombres sigue adelante, aproximándose cada vez más. Ambos, Iglesia y mundo, trabajan para la humanización y el progreso y, ca da uno tiene algo que aprender del otro. La Iglesia, al dispensar la gracia divina, ilumina como por reflejo el mundo entero, hallándose de ese modo consolidada, restaurada y elevada la dignidad de la per sona humana, reforzados los lazos que unen la comunidad de los hu manos, vivificada en su hondura toda la actividad temporal. Pero, a su vez, todo lo que el mundo realiza en beneficio de la cultura, de la familia, de la organización social, económica o política, es a la vez un progreso para la comunidad creyente. Una no puede prescindir de la otra. El mundo encontrará en la Iglesia, junto con sus defectos hu manos, aquella luz trascendente que ilumina el camino de los afanes de los hombres y los eleva por alturas inesperadas. La Iglesia, por su parte, encontrará en el mundo la voz, más que locuaz, de los signos de los tiempos “, y habrá de prestar oído al lenguaje que el mundo habla para poder proclamar su mensaje de salvación del modo más cia , es la p u e sta e n p o s e s ió n r e fle ja d e lo qu e es el h o m b r e ” : E scritos de T eología, V, T a u ru s, M a d rid 1964, p p . 16 ss. C f., a ese m ism o re s p e cto , v o n B a l t h a s a r H . U „ ¿ Quién es un cristia n o ?, Ed. G u a d a rram a , M a d rid , 1968, y G o n z á le z R u íz J. M . El cristian ism o n o es un hum anism o, Ed. P e n ín s u la. M a d rid , 1966, p p . 125-50. 58. Sc hilleeeeckx E „ “ D e E cclesia ut sa cram en to mundi” , en A cta ..., O.C., 48-53. 59 . Chenu M . D ., “ Les sign es d es tem p s. R éflex io n th éolog iq u e” , en L’ Eglise dans le m ond e de ce tem p s, t. II. (C o l. “ U n am S a n c ta m ” 65, b), Ed. C e rf, P a ris, 1967, 205-225.
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