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236 LA IGLESIA ES UNA COMUNION.. en verdad misionera, si su catolicidad tiende hacia la plenitud “, la comunión de los fieles habrá de llegar, pues, a todos estos hombres de buena voluntad. Pero no habrá de llegar, desde luego, en un sen- tido de expansión marginal más allá del cristianismo estable, sino co- mo una actividad vital que se irradia fuera de su ámbito y hace que la communio ¡idelium se transforme en communio huminum. Es ése el modo como la Iglesia deviene sacramento del mundo: perqué la comunidad eclesial prueba que la solidaridad social autén- tica tiene su origen en la unión de los corazones y de los espíritus, porque la unidad de la Iglesia radica en la comunidad de fe y de amor. Entonces el diálogo con el mundo — entendiendo por mundo la comunidad humana en cuanto no incorporada todavía a la Iglesia— ha empezado ya. Las relaciones mutuas no sólo son posibles, sino que se opera una compenetración recíproca, entre el mundo y la Iglesia, en la que se oculta el misterio de la historia Cuando la Iglesia ha vuelto los ojos a los hombres que tiene a su rededor ha querido invitarles a vivir explícitamente en su seno el don de Dios del que todos participan, al menos de una manera im­ plícita. Con ello se ha percatado de que en sí misma encierra una síntesis dialéctica: por una parte es necesaria para la salvación y, por otra, incluso fuera de su seno esta salvación puede conseguirse. ¿Qué sucede entonces— ¿En qué sentido, pues, es ella misma «universalis salutis sacramentum»? ¿En aquella concepción según la cual el de­ signio salvífico divino no alcanza al mundo sino mediante la Iglesia en el decurso de la historia?, ¿o en aquella otra según la que la gra­ cia divina opera en todo el mundo — y por tanto en todos los hom­ bres— , alcanzando en la Iglesia su plena y perfecta epifanía? Ciertamente la Gaudium et Spes ha optado por esa segunda mentalidad. Lo que Dios obra en toda la humanidad se hace perfec­ tamente visible en la Iglesia 07 y es por lo que deviene sacramento 55. C o n g a r y . M., D e fu n d am en to d ialogl in natura ca th olicita tis ad e ffe c tu m d edu cendae, en A cta C on g ressu s..., o.c., pp . 652-661 <p. 653). 56. Chenu M . D ., “ D e com m ercio in ter E cclesiam et mundum secu n - dum Const. ’Gaudium et Spes’ (n . 44)” , en A cta ..., o.c., 6 4 8 -651; S c h ille b s - e ck x E., "F e cristiana y espera tem p ora l” , e n La Iglesia en el mundo a c­ tual. Ed. D e sclé e , B ilb a o , 1968, p p . 113-151; P a n te ch in i G ., II m ondo m a ­ teria le n el piano della salvezza (P u n ti s co tta n ti, 16), P a o lin e , 1968. 57. A si R ahner K ., cu a n d o d ic e “ el cris tia n ism o n o es sin o el e n u n ­ c ia d o cla ro d e lo qu e el h om b re e x p e rim e n ta o s cu r am e n te en su e x is te n

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