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G. DE SOTIELLO 167 raleza universal, distinta de la diferencia contrayente? También a esta pregunta contesta negativamente, por los absurdos que de lo contrario se seguirían. Si el todo es singular, también lo tendrán que ser las partes (11,158). Aun más, ninguna naturaleza que realmente es un individuo, es realmente universal. Yanuí seenfrentaconlaopinióndeEscoto, según la cual en los individuos se da una naturaleza no distinta realmente de la diferencia contrayente, pero si formalmente dis­ tinta, la cual desuyonoesni universal ni singular. Por tratarse de Escoto, “doctor que sobresale entre los demás por la sutilezadel in­ genio”, loestudia a fondo, recogiendo las razones expuestas por és­ te endiversos pasajes de sus obras. De todos es conocida la doctri­ na escotista que admite unaunidadnumeral yuna unidad inferior alanumeral, quees lade la “natura communis”. Lanaturaleza co­ múnsehace individual pormediodelahecceidad. Para comprender la posturadeOckhames necesario tener pre­ sente que noadmite distinciones denivel metafisico ysí únicamen­ te las que incluyan separabilidad. Toc’a diferencia no meramente conceptual exigecosaycosa odos entes derazón, ounoreal yotro derazón. Pues bien, enninguna deestas hipótesis es viable la doc­ trina escotista. Nopodemos seguir el hilode laminuciosa labor que llevaacaboparaderrocar laopinióndesucorreligionario. Nos bas­ ta presentar la conclusiónenla que establece que la naturaleza de una cosa “dese est haec”. No es admisible la proposición “la natu­ ralezadepiedraestáenlapiedra” sinoestaotra: “lanaturalezade lapiedraes lapiedra”. Conlocual señala a losingular comoúnica realidadontològica (11,224). Pero aOckhamno le es suficiente conrebatir opiniones que se acercanmás omenos aunrealismo excesivo. Necesita llevar la elu­ cidaciónhasta el final yasí sepregunta si louniversal y comúnse encuentra “quomodocumque”, de alguna manera, fuera del alma. Con ello tiene clara conciencia de enfrentarse a la tradición toda de la Escuela. “Todos los autores que conozco están de acuerdo en quelanaturaleza, quedealgunaforma esuniversal, sedarealmen­ te en los individuos, al menos enpotencia e incompletamente” (II, 225). Aquí quedan inclusos el Angélico, EgidioRomano, Auréolo, etc. LarespuestadeOckhameslasiguiente: “Digoqueningunacosafue­ radel alma, ni por sí mismani por algoañadido, seareal, derazón o de cualquier modo que se la considere, es universal” (11,248-249). Tanimposible es encontrar enlos individuos algouniversal, mírese

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