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166 GUILLERMO DE OCKHAM EN EDICION CRITICA c) El que ve la divina esencia y carece del gozo beatífico puede no querer dicha fruición. d) Ese cal que viera la divina esencia y “de potentia absoluta” careciesedel amor deDios, puedenoquerer aDios. Oenformamás compendiosay tajante: encuanto al fin últi­ mo, ya se nos muestre en general, ya enparticular, tanto en esta vida comoenlapatria “potest absolute voluntas eumvelle vel non vellevel nolle” (1,506). Doctrinas filosóficas. Dijimos al comienzo que la intención de O. es directamente teológica, aun cuando para llegar a esclarecer los temas teológicos necesite dar un rodeo por el campo de la filo­ sofía. Para él seguía teniendo vigor el lema anselmiano de “lides quaerens intellectum”. Vamos a seleccionar también aquí algunas de sus doctrinas fi­ losóficas, las que me parecen más características de Ockham. EnlaDistinciónII del primer librosepretende resolver lacues­ tiónde si podemos, a través de las creaturas, llegar al conocimien­ to deDios. Para ello es preciso poner en claro previamente si hay conceptos comunes aDios y a las creaturas, conceptos universales que abarquen toda la realidad. Es ésta la razónpor la queOckham se embarca en un estudio a fondo, tanto desde el punto de vista metafísico como desde el gnoseológico, del problema de los univer­ sales. En la elucidación de este problema procede estrechando el cerco, como vamos a ver a continuación. a) ¿ Qué es el universal ? La primera pregunta es la que preten­ de investigar si louniversal yunívoco es alguna cosa fuera del al­ ma, intrínsecayesencial alos seres respectodelos cuales esuniver­ sal yunívoca, realmente distinta de ellos (11,99). La respuesta no admitedudas. Las proposicionesuniversalesverdaderasnosonenun­ ciados acerca de algo universal ensí, sino que las predicamos úni­ camente de las cosas singulares. “La ciencia en este sentido es de lo singular, quia pro ipsis singularibus rebus termini supponunt" (11,138). Con ello queda eliminado cualquier excesivo realismo. Los universales son los términos de las proposiciones sabidas (ibid). Por deprontosoneso, términos delas proposicionesynadamás. El tér­ mino “hombre” no significa positivamente cosa alguna; primor­ dialmentesignificacualquiercosasingulardelaquesepredica (ibid). Perotenemos quedarunpasomás ypreguntarnos si louniver­ sal es algo fuera del individuo. ¿Habría enel indivuo alguna natu

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