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162 GUILLERMO DE OCKHAM EN EDICION CRITICA lohace conunpropósito teológico. De loque trata enese largo ex- cursus es de “averiguar si hay algúnpredicado comúnunívoco que seapliqueesencialmenteaDiosyalas creaturas. Esteproblemade pende de loque pensemos acerca de la univocidady de los univer sales”. El escolástico. Lomismoque estáenla línea de losmaestros ensu preocupación fundamental, lo está en el método que emplea. Pro pone una cuestión, aduce diversas opiniones que de ordinario no comparte, las desmenuza y nos ofrece luego suopinión personal, y tan personal. Este método nos lleva a rastrear qué autores tienen vigencia en su tiempo y cuáles han traspuesto el horizonte. En el número de citas Aristóteles se lleva la palma. Entre los no cristia nos le sigue Averroes. En cambioAvicena apenas cuenta. Entre los doctores cristianos, junto con S. Agustín, ocupa el primer puesto, casi siempre ensentidopolémico, DunsEscoto. Esunadversarioac tual, al que aprecia. Así dicedeélenunpasaje: “por el granconoci miento que tiene de la lógica”. Y enotro lugar: “excede a los de más en sutileza de juicio”. Pero O. es un pensador independiente. Del mismo Escoto escribe alguna vez: “no le cito como autoridad, sino porque pienso que en esto acertó”. Sigue en importancia Sto. Tomás, también como adversario. En cambio son muy escasas las referencias a la antigua escuela franciscana e incluso a Olivi y Auréolo. Pero, no obstante su independencia y su carácter in novador, hay tesis de raigambre franciscana, como la valoración de la praxis, de la libertad, del singular concreto y la postura res pectode launivocidaddel ser. G. de O. no aísla teología y metafísica. Ambas se subordinan mutuamente, segúnel puntodevista enque se las enfoque. El innovador. Fue ésta la característica que destacó más acusada —y acusadoramente— la historia, al llamar a O. “Venerabilis In ceptor”. Yno sinrazón. La inscripcióndel mismodentro de la tra diciónteológicayescolásticamedieval no es óbice paraque afirme mos que llevó a cabo una verdadera revolución en el pensamiento yabrióel caminoalos “modernos”. No se trata de que entales o cuales puntos haya tomadouna senda divergente de sus predeceso res. La innovación fue más profunda, llegando a la raíz de donde brotan esas divergencias, a una innovación profunda en el proble ma del ser ydel conocer. Toda la edadmedia se había debatido en el espinosoproblemade los universales ysehabíanadoptadodiver sas posturas, desde Roscelín y Abelardo a Duns Escoto. Pero fue
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