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172 GUILLERMO DE OCKHAM EN EDICION CRITICA vo lo denom inan incompleto más bien que el primitivo. Por esta ed i­ ción crítica aparecen las adiciones entre corchetes. El primer códice, A, es el de Florencia, al que sigue el de Tre- cis, el B, y el C y D de Oxford. Son los principales y los restantes les son inferiores. En los códices manuscritos nos encontram os a veces con notas en las que los amanuenses nos dan cuenta del estado del texto au ­ tógrafo o dictado. Esas notas han sido recogidas en el aparato críti­ co de las variantes, p. e., cuando se nos dice que el autor tachó ta ­ les o cuáles palabras. En cuanto al título, parece ser que es el de Scriptum , con el sub­ título de Ordinatio. Este subtítulo indica que el escrito fue ordena­ do, revisado y corregido por el autor con el propósito de editarlo. Al llevar a efe cto esta edición crítica de las obras filosófico-teo- lógicas de Guillermo de Ockham los editores han seguido el mismo critero que el seguido por los editores del Colegio de S. Buenaventu­ ra de Quaracchi (Florencia) tan acreditados entre los estudiosos del pensam iento medieval. Sobre todo, se ha tenido en cuenta el m éto­ do de V. Doucet, llamado método “ ra ciona l” , que consiste en selec­ cionar y con fron ta r aquellos códices manuscritos que contribuyen positivamente a reconstruir críticam ente el texto, dejando de lado aquellos otros que sólo aportan variantes y siglas. No dar preferen ­ cia a priori a ninguno de los códices indicados, y escoger la lección que vaya atestiguada por un mayor número de códices. Una de las labores más enojosas es la llevada a cabo en la com ­ probación de todas las citas explícitas y en com probar las op in io ­ nes de los autores tácitam ente alegados. Teniendo en cuenta que Ockham se repite con frecuencia a sí mismo en diversas obras, se hubieran podido señalar innumerables lugares paralelos, pero hubiera sido de escasa utilidad, tratándose de obras todavía no editadas en edición crítica. Estos dos volúmenes contienen un índice de los autores nom bra ­ dos y de la doctrina expuesta; pero téngase en cuenta que la d o c­ trina de Ockham no se ha de buscar en el índice, el cual es sólo una guía. La presentación tipográfica es sumamente esmerada, buen tipo de letra y de una corrección impecable. Vaya desde aquí nuestra fe ­ licitación a los que han trabajado por presentarnos esta obra m onu ­ mental. G. DE SOTIELLO Salamanca

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