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LNRIQUE RIVERA DE VENTOSA 115 laactuacióndelos individuos, essiempreacostade laauténtica li­ bertaddeéstos. ContravodoelloselevantóiracundoKierkegaard. Lalibertadde laexistenciaesloprimeroquehayquesalvar. Ycomolafilosofíaes­ peculativa, generalizadcra e idealista, no la garantiza de modo su­ ficiente, tal filosofía debe ser implacablemente eliminada. Y como la dialéctica hegeliana radicaliza aúnmás la eliminación de la li­ bertad existencia^ no cabe otra alternativa que el total repudio de tal dialéctica. Contra la filosofía especulativa Kierkegaard opone lo Absoluto, quees intrínsecamenteAbsurdo. Ycontrael ahogode lalibertaden la dialéctica hegeliana, la llamada del Absoluto a la que el hombre libremente responde en los momentos de fe ciega en los que da el salto paraecharseenbrazos del Absoluto. O, porel contrario, recha­ za la llamada en los momentos de desesperación. Consiste ésta, se­ gúnKierkegaard, ennoaceptar loquesomosoenquerersermás de loquesomos. Enambos casos es rebelarse contralallamadadel Ab­ solutopara tomar un camino propio que es siempre el caminodel máximo pecado: la desesperación. El pecado pone enevidencia, se­ gúnKierkegaard, la falsía de la pretensióndeque todo es racional enlavidayenlahistoria. Al tema del pecado vincula igualmente Kierkegaard su crítica de la tercera nota de la dialéctica hegeliana: la de ser inmanente. Enefecto; si se acepta la concepciónde Hegel sobre el acontecer histórico, entonces lafalta, el error, el mal—el pecadoenel lengua­ je de Kierkegaard—senmementos negativos en el desarrollo, que tienenla fuerzademotivar sumismasuperación. Enestavisiónin­ manente de la dialéctica lonegativo adquiere unvigor, tal que so­ breél descansael devenir histórico. Tanallá llevaHegel el valor de lo negativo, que algunos autores, al hablar de esta dialéctica, juz­ gan lomás esencial de lamisma el haber subrayado las virtualida­ des ingentes delodeficiente, lomancoyloerróneo. Por todoello, el sentidodel pecadocarecedesentidoenestavisiónhegeliana. El pe­ cadonoesmás queunmomentoenlaevolucióndel Espíritu. Horror sintióKierkegaardante esta interpretaciónhegelianadel más pavorosodelos hechos humanos: el pecado. Yporaquí viópa­ tentemente la incapacidadde lafilosofíadeHegel parahacerse car­ godel problemadel hombre. El pecadonoesunmomentomás enla evolución de la existencia humana. Es un enfrentarse con la T ras­ cendencia. Kierkegaard define a esta Trascendencia como la Infini-

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