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110 DIALECTICA Y DIALOGO caalarealidad sinoleerenlamismarealidadcómosehallaestruc turadaracionalmente segúnundeterminadosistema. Dialéctica inmanente. El giroque tomala concienciaeuropeaen el tránsitodel sigloXVIII al XIXyquehaestudiadodetenidamente Fr. Meineckeensuobra, El historicismo y su génesis seventilael grantemadela Trascendencia. Esciertoqueel deismodelaIlustra ciónquitó a la divinidadsumejor atributo: la Providencia. Pero al menos, todavía se concebía aDios como trascendente al mundo. Es esta trascendencia la que elimina el historicismo del siglo XIX, al transformaraDiosenmerodevenirhistórico. Quenootracosaquie re decir la expresión alemana, tantas veces repetida desde aquella época: Gott im Werden. También en esta dirección la dialéctica de Hegel es un nuevo acmé, nueva cúspidedel pensar. El inmanentismo, emergente enlas metafísicas deFichte y Schelling, halla sufórmula definitiva en la Filosofía de la Historia deHegel. Vieneaserlahistoria, lorepitein cesantementeHegel, una Teodicea. Es decir, unajustificacióndeDios, laautomanifestacióndeéste enel destinode los pueblos. Estos van revelando la encarnación del Espíritu enunmomento determinado delahistoria, queessiempreuna teofanía deDios. Deaquí, por tan to quelahistoriasealaúnicarealidad. Porellonoadmiteunulte rior porqué. Puesellamismasehallaimpregnada totalmente deRa zón. El inmanentismohistoricistahallaenHegel sufórmula definiti va. Dialéctica impersonal. Ensu Filosofía de la Historia Hegel rei teradamente afirmaque lahistoriase realizabajo el signo de la li bertad. Lalibertad, además, aparecesiemprecomounaconquistaul terior enel desarrollodelamisma. Pudierainterpretarse estoensu formaobviayentenderquesehabladela libertaddelos individuos que actúan en la dinámica histórica. Algo así como lo expone hoy díaA. Toynbeeensusescritos. Peroestavisióndelahistorianoresponde a la mente de He gel. Segúnéstelalibertadenlas actuacioneshistóricas dicereferen cia exclusiva al despliegue del Espíritu. No a lás intenciones parti culares de los diversos sujetos. Ahora bien; esto es afirmar que en el devenirhistóricosólocuentanlas fuerzas impersonales quesedes atanenunmomentodadodentrodedichodespliegue. 58. T rad, españ., M éxico, 1943.
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