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62 ADAN NUNCA FUE INOCENTE eso hablarnos d e la in ccn sitencia d e la «te o lo g ía de A d á n » subya cen ­ te a las especulaciones d e la teoría trad icional sobre A d á n en el estado de justicia original. La figura de A d á n aparece ya en las primeras páginas d el A .T . En los relatos d e G en 1-3 « A d á n » tiene un sen tido co le ctiv o , sign ifi­ ca el h om b re. S ó lo más tarde y d éb ilm en te pudiera « A d á n » ser tom a ­ d o com o n om b re de un in d iv id u o hum ano con creto. C uan d o los L X X tradu cen «h a d am » por « A d á n » , en vez de traducir por «a n th r o p o s », restringen el sign ificado y transform an a «a d á n » en n om b re p rop io . Se adm ite com ú nm en te qu e ya en el A . T . la figura d e A d á n se presenta con rasgos m íticos com un es a los m itos d e los pu eblos del orien te m e ­ d io sobre el h om b re prim ero, sobre su residencia en un jard ín de d e ­ licias, sobre su estado d e in ocen cia . Inseparable ele la figura m ítica de A d á n son les relatos sobre el paraíso, o jardín, d on d e habría residido en un prin cip io, hasta que por su pecado fu e expu lsado d e él por D ios. En los círculos culturales d on d e fu e escrito el A . T . ; — cultura m e sop o - tám ica, iran io-persa, fen icia , cananea estaba m u y d ivu lgad a esta im a ­ gen d e l paraíso p rim itiv o . G eneralm en te se le localizaba en algún sitio fuera d e nuestro p lan e ta ; pero tam bién a veces se le co locaba en la tierra en sitios c o n o c id o s ; o en sitio ign o rad o ahora, después qu e el h om b re fu e expu lsado d e él. En el m u n d o g re co -rom an o n os es c o n o ­ cid o este m ito ba jo la figura d e los cam pos elíseos, o las islas d e los bienaven tu rados. A l final d e l A .T . habría p o d id o y s señalarse cóm o la figura d e A d á n , y del primer h om b re , com en zaba a ser exaltada, según lo delatan estas palabras del E c c lo : « sob re tod o s cuan tos han v iv id o (sobre tod o s los hom bres, sobre toda la creación ) es la gloria d e A d á n » (E cclo 4 9 , 1 9 ). La exegesis m oderna recon oce el carácter m ítico de esta figura de A d á n . C on ello n o se qu iere vaciarle tota lm en te de sen tido, sino ponerse en cam in o para una más recta in terpretación de los te x to s ; d istin gu ien do en ellos lo qu e pertenece a su con ten id o te o ­ ló g ic o y lo qu e es m ero recurso literario y cu ltu r a l81. 81. Para el estudio de la ñgura de “ Adán” en el A.T. pueden recoger­ se datos en los comentarios sobre el Gén 1-3 y par. También en la Teolo­ gía del A .T . de G. Von RAD, W. EICHRODT, P. VAN IMSCHOOT, E. JA­ COB. Los diccionarios de KITTEL, ThWBzNT. “ adam” , “ paradeisos” ; LTHK. y RGG., bajo los conceptos de “ Adam” “Paradies” “Urständ-Ur­ mensch” . F. STIER, “Adán” en Conceptos Fundamentales de la Teología, Madrid 1966, I, 27-42 Los diccionarios y vocabularios bíblicos de J.B. BAUER, H. HAAG A. van de BORN-AUSEJO, X . LEON-DUFOUR, bajo los

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