PS_NyG_1972v019n001p0003_0082

ALEJANDRO DE VILLALMONTE 61 qu e la teolog ía de A d á n está com p licada con innum erables cuestiones de exégesis bíblica, tan to del A n tig u o com o del N u e v o T e stam en to . Es tam b ién tema d e in terpretación filosófica d e los m ito s ; en la h is- toria de las religiones an tigu a s; en las especulaciones de la gnosis y de la teolog ía sistemática cristiana hasta nuestros días. S ó lo n os es posi­ b le hacer una rápida descrip ción , para qu e qu ed e claro cóm o la teoría tradicional se ven ía a p oy an d o sobre un teo lo gúm en o incapaz de resis­ tir una crítica teológ ica seria, y n o precisam ente sobre la Palabra de D io s, com o era de desear. Por ((teología de A d á n » en tend em os ese c on ju n to d e afirm acio­ nes qu e hacen los teó log o s al presentarnos a A d á n , prim er h om b re y padre universal d e la raza hum ana , c om o un personaje h istórico, d o ­ tado de prerrogativas teológicas esp ecia les; Gracia santificante en gra­ d o em in e n te ; los don es preternaturales de la justicia o r ig in a l; p e rfe c­ ciones naturales ex cep ciona les, situado en el en torn o vita l paradisía­ co . Y tedas estas excepciona les prerrogativas las tenía en representa­ ción de la hum an idad entera, en cualidad de cabeza física y m oral, na­ tural y sobrenatural, de tod os sus descendien tes. La situación la per­ d ió para sí y para tod o s los h om b res por un p ecado teológ icam en te cualificado en el qu e tod os pecaron . B revem en te, A d á n es la figura teológ ica ex cep ciona l, por estar d o ta d o d e la in ocen cia origina l y por ser causante del pecado original. T o d a esta serie de afirmaciones ofrecía op ortun idad para e la b o ­ rar una ((adam olog ía », un «T ra cta tu s th eolog icu s de A d am o g en ens hum an i p ro top a ren te ». N ad ie , qu e sepamos, lo ha h e ch o en form a exp lícita , ni es razonable h a ce rlo ; porqu e n in gún h om b re tiene dere­ ch o a un tratado teo lóg ico específico y personal. Solam en te Jesús de N azaret, H ijo de D ios y reden tor d el m u n d o , tiene derech o a una C n sto lo g ía . T am b ié n es legítim a una M ariolog ía , ya qu e María, la M a ­ dre d el S eñor y C orreden tora del gén ero hum ano, posee por serlo, una categoría teológ ica especifica. N o tod o s adm itirán la leg itim idad de una « Josefología» o T e o lo g ía d e San José, esposo de M aría . Pero la pre­ sentación de A d á n com o in d iv id u o hum an o, poseedor de una ca teg o ­ ría específica, n o puede justificarse en m o d o a lgun o. N o es viab le d e n ­ tro del sistema te o ló g ico un tratado especial, la «a d am o lo g ía », d ed ica ­ d o a estudiar las prerrogativas de A d á n com o realidad teológ ica . Por 80. B . L L A M E R A , Teología de san José, M a d r i d 1953.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz