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60 ADAN NUNCA FUr INOCENTE ral y del m o d o con creto («e c o n om ía ») cóm o se les adm inistraba a ellos la gracia de Cristo. Gracia qu e necesitaban para salvarse en form a tan absoluta c om o los h om bres d e h o y . P or con sigu ien te, aun después de un exam en serio de los textos triden tinos, ped em os decir qu e en nada se o p o n e a ellos, en lo qu e tie- nen de estrictamente doctrina l, nuestra afirmación sobre la situación teológ ica d e la hum an idad originaria. Ign oram os la fo rm a con creta en qu e se les dispensaba a ellos la necesaria gracia de C risto. C on creta - m en te, n o hay au toridad d octrina l d el con cilio d e T r e n to a fa v o r de la tesis tradicional sobre la posesión real y form a l por el prim er h om ­ bre de la santidad y justicia ni de los otros d on es preternaturales. S ólo una n oticia teológ ica segura tenem os sobre la hum an idad p rim ordial y qu e nos interesa re co rd a r: Estos prim eros h om b res v i­ n ieren a la existencia en p ecad o original; es decir, en carencia positiva d e la gracia d e C risto, im oosib ilitados para adquirirla o o r sí m ism os, v en d id o s al pecado v fuerzas del mal, incluso al oe cad o personal grave que, si la gracia de C risto n o les libera, les llevará a la con d en a ción eter­ na. La teoría tradicional creía en A d á n in ocen te creado por D io s en p le­ n itud de gracia, sin pecado original. N o so tro s n o p od em o s ex im irlo d e pecado origina l, ya qu e fu e h om b re de nuestra raza. E l ser el p ri­ m ero n o le da p riv ileg io a lgun o de e x en ción ni le eleva a la categoría d e in o cen te . S ó lo C risto y María son con ceb id o s en gracia, p lenam en ­ te aceptables y aceptados por D io s para la V id a eterna y para la fu n ­ ción redentora a qu e les destinaba. N i tam po co podrían ser considera­ d os en estado de justicia original, inm unes del p ecad o original los m ú l­ tiples adanes qu e un te ó lo g o actual pudiera im aginar, acep tando el p o- ligen ism o. T o d o s les h om bres, sin e x cep ción n in guna , en esquema m on ogen ista o poligenista, entran en la existencia sin gracia, en « p e ­ cado o rig in a l». 3 . La llamada « T e o lo g ía d e A d á n » y su incon sisten cia. Después de lo expu esto pod em os creer afirmar qu e la teoría, has­ ta ahora com ú n , sobre la situación teológica de la hum an idad o r ig i­ naria carece de fu n d am en to d irecto y seguro en las Fuentes de la re­ velación . Su verdadero fu n d am en to du ran te siglos hay qu e buscarlo en la llamada «te o lo g ía de A d á n » : un te o lo g úm en o cu y o o rig en , c o n ­ ten id o sustancial y va lor, vam os a exam inar. E l tema es inm en so, por-

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