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58 ADAN NUNCA FUE INOCENTE Sim ilares prin cipios herm enéu ticos d eb en ser aplicados a los d o cum en tos del T n d e n tin o qu e nos hablan d e los com ien zo s de la his toria de salvación . A sí. nos será posible d istingu ir en ellos lo qu e per tenece a la sustancia de fe y lo qu e es mera adherencia cultural y — se gún pod em os ver ahora— transitoria. Sin una in terven ción m ilagrosa d e D ics , los autores d el Génesis n o hubiesen p o d id o expresar la sustan cia de la fe en una fo rm a m u y d ife ren te de la q u e lo h icieron . Lo m ism o los te clo g o s de T r e n te . En ambos casos hay qu e recon ocer qu e el au tor se expresa en categorías de una cultura profana qu e h o y día n o son aceptables. Incluso presuponen ciertas creencias religiosas subsidiarias, qu e tam po co en la actualidad p od em o s seguir m an ten iend o. A u n q u e parezca ex trañ o, incluso a te clog o s, h a y qu e d ecir que los autores de los decretos triden tinos, por lo qu e se refiere al origen del mundo, del hombre y d e la historia d e salvación , tenían unas ideas tan elementales y pre-científicas, tan ajenas a toda crítica seria, com o las qu e tu v ieron los Padres qu e h icieron el C on cilio d e Cartago en el sig. V y como el au tor del Gen 2 - 3 . En las tres épocas eran com unes la concepción ñjista sobre el orig en d e l m u n d o y d el h om b r e ; la in terven ción maravillosa d e D io s creando al h om b re y la circunstancia vital en qu e le puso. Es decir, una visión puram en te ingenua, cargada de elem en tos fo lk ló rico s e, in cluso, de residuos m íticos. L os Padres de T r e n to tenían por verdad del to d o segura e in clu so indispensable para con fesar la verdadera fe , la h istoricidad perfecta de Adán y E v a ; la in terv en ción m ilagrosa de D io s en la fo rm a ción d e ambos; la realidad del maravi-lcso jardín de Edén y de la v id a e x cepcional qu e allí estaban destinados a v iv ir . N o pod ían tener sospe cha d e qu e el m on og en ism o en el origen del gén ero hum ano pudiera ponerse en duda y lo consideraban a p o y o insustitu ible de la fe y com o verdad inseparable de una expresión o rtod o x a d el d o gm a d e l pecado origina l. Sin duda los teólogos de T r e n t o se apoyaban , aunqu e n o los m en cion an , en tex tos b íb lico s y creían repetir d octrina segura en ellos con ten ida . Pero nunca qu isieron im p on e r au toritativam en te esta su ex e g e s is ... Y ahora, después d e largas y d ifíciles investigaciones, saben los teólog os qu e aquella exégesis del T r id e n tin o n o es aceptable, en mu ch os aspectos. H a y , pues, qu e v o lv e r a leer los textos de la Biblia con criterios más cien tíficos y atenerse a los resultados sustanciales qu e ya hem os ind icado.
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