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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 47 num an idad originaria, más aún, toda la hum an idad durante siglos, aunque hubiera log rad o relativa y con v en ien te madurez hum ana, sin em ba rg o , en su c on ju n to n o pudo m enos de haber pasado por un largu ísim o período de subdesarrollo religioso-m ora l. P or con sigu ien te el p roblem a de la hum an idad originaria, por lo qu e respecta a su esta­ tu to sobrenatural, es del tod o sim ilar al de la hum anidad in fan til y d ebe resolverse según los m ismos prin cipios teológ icos. A m b o s grupos de seres hum anos qu edan al margen de la hum an idad destinatario d i­ recto de la Palabra de D ios, qu e es la com un idad humana de hom bres adu ltos reunidos o al m enos llamados para form ar el Pueb lo de D ios. Los demás g rupos de hom bres, sin duda entran en la historia de salva­ ción en form a real, pero siempre p roporciona l y analógica; en form a indirecta y lejana, al m enos por lo que se refiere a la revelación qu e del transcurso d e esta historia nos ha sido dada a nosotros. D e aqu í se sigue qu e en ambos casos lím ite, el de la hum an idad originaria y la hum an idad in fan til, las afirmaciones de nuestra te o lo ­ gía d eb en ser igualm en te sobrias y de ín d o le general. Por lo qu e res­ pecta a la humanidad originaria, ob je to de nuestro estudio, resum i­ m os nuestra manera de con ceb ir la situación en qu e se en con traban respecto al sob rena tu ra l: i) T o d o s los in d iv idu o s d e la hum an idad originaria, en la m ed ida en qu e pudieron ser llamados h om b res c o n ­ sustanciales a los h om bres que v iv im o s en el tiem p o de C risto, estaban destinados por D io s al fin sobrenatural id én tico al nuestro, según nos ha sido revelado en la pred icación de C risto y en su resurrección de en tre los muertos, 2 ) C om o consecuencia, hay qu e afirmar com o segu ­ ro qu e los in d iv idu o s pertenecien tes a la hum an idad originaria esta­ ban positivam en te in clu idos d en tro de la volun tad salvífica de D io s y d en tro d e la p rov id en cia sobrenatural con la qu e D io s cu ida d e la sal­ v a ción d e tod o s aquellos qu e ha e leg id o para la V id a eterna. 3 ) Si q u e ­ remos dar ulteriores determ inaciones sobre la situación teologa l c o n ­ creta de aquellos h om b res de la historia general de salvación , tenem os qu e con fesar qu e las Fuentes n o ofrecen base para esas determ ina cio­ nes. D eb em o s con fesar nuestra ignorancia, aa) sobre la cuestión de si aquellos h om bres prim eros poseían o n o de h e ch o la gracia san tifican - te de cualqu ier m o d o que fu e s e ; bb ) m enos aún pod em os afirmar que aquella hum an idad originaria (llámese A d á n y Eva o de otra form a) estuviese en posesión real de los don es qu e form an el llamado estado d e justicia original. Por lo referente a la gracia santificante nadie pu e