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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 3 9 de Dios; sino que el Señor se ha buscado y busca otros que le adoren en espíritu y en verdad sin pertenecer al cuerpo visible de la Iglesia. Así en el A.T., a impulso de esta convicción nace la idea de la alian za que se extiende hacia los tiempos anteriores al pacto del Sinaí: Ha cia Abrahán, Noé, Adán. Muchos hombres contemporáneos del Pue blo elegido, pero sin pertenecer visiblemente a él, también eran acep tos a Dios, como Melquisedec y Job. En la última época del A.T. el Reinado de Yahvé tiene claras y constantes aspiraciones universalistas. En el tiempo del N.T. tenemos el testimonio de la Iglesia, que se mira a sí misma como la gran Familia de Dios que abarca a todos los hombres, como la Iglesia que comienza a existir desde el principio del mundo. Y en dirección de profundidad, si vale la expresión, no sólo ve la voluntad salvadora de Dios actuando sobre los que están incoiporados a la Iglesia por el bautismo, sino que también descubre sus intervenciones ciertas — aunque misteriosas— respecto a los cre yentes de las grandes religiones históricas, respecto a todos los hombres de buena voluntad que buscan al Señor con sincero corazon . A la luz de la Palabra de Dios y de las verdades teológicas que acabamos de enunciar, la conciencia cristiana se hace también pregun tas sobre el modo concreto cómo Dios administra su gracia salvadora a los hombres colocados en situaciones humanas límite, lo más alejadas posible de la situación en que se encuentran los hombres que han en trado de lleno en la historia de salvación, al entrar en la Iglesia. Es tas situaciones humanas límite son dos. de características muy analó- gas a la luz de la teología: El caso de la humanidad infantil y el caso de la humanidad originaria. Dejamos, de momento, la primera y nos fijamos en la humanidad originaria para ver si, a la luz de la Palabra de Dios, podemos determinar la situación en que aquellos hombres se encontraron respecto al sobrenatural. 6 . Nuestro problema: Situación teologal de la humanidad orí - gmaria. Llegamos en este momento al punto central de nuestro estudio; 59 Concilio Vat. I I en la constitución LG . n. 2. 13; AG. 2. 3. 4 : el de creto sobre el Ecumenismo y la Declaración sobre las religiones no cris tianas proponen estas ideas con claridad.
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