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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 5 glos, en sus afirmaciones más importantes; ya que todos ellos tienen decidido interés en permanecer fieles a dicha tradición. Como es nor­ mal suponer, las discusiones teológicas suscitadas en torno a la inter­ pretación del legado tradicional son incontables. Para nosotros sólo tienen interés las opiniones más comúnmente recibidas. La tarea de proponerlas viene muy facilitada por el hecho de que estos teólogos, acostumbrados al método escolástico, son muy exactos y concisos en las afirmaciones y tesis en que resumen su doctrina. Tenemos como ejemplo de exposición la que hacen M. Flick y Z. Alszeghy en su obra Los Comienzos de la salvación 1 Autores, doc­ trina y fecha son significativos. Hacia el año 1960 y siguientes apa­ recen ya claros los síntomas de crisis en la teoría tradicional. Estos au­ tores, en publicaciones posteriores, se han mantenido en contacto vivo con el tema y han evolucionado notablemente en sus opiniones, según indicaremos. La existencia del estado de justicia original se basaba constante­ mente en un presupuesto más o menos explícitamente estudiado: La ordenación del hombre al fin sobrenatural, a la visión beatífica. Esta vocación sobrenatural del hombre es la que justifica y exige — en la actual voluntad salvífica de Dios— el que el hombre, apenas entrado en la existencia, sea dotado de los medios que, también en esta deter­ minada providencia sobrenatural de Dios, son necesarios para conse­ guir el fin, la Vida eterna2. El estado de justicia original, en cuanto distinto de otros estados en que puede encontrarse el hombre respecto del fin sobrenatural, ve­ nía especificado por estos elementos: 1 ) posesión de la «santidad y jus­ ticia», según fórmula del conc. de Trento (DS. 1511 ); lo cual impli­ ca la posesión de la gracia habitual y los demás dones incluidos en la 1. M. F L I C K Y Z. A LSZ EGH Y , Los com ienzos dé la salvación. Sa la ­ manca 1965. 2. “Este estado de santidad y justicia inclu ía: 1) la ordenación de Adán a la visión beatífica”, F L I C K Y A LSZ EGH Y , ob. cit. p. 341. Por este motivo los manuales de Teología analizan los conceptos de naturaleza, so­ brenatural, orden natural y sobrenatural antes de hablar de la justicia original y de la pérdida de la misma por los protoparentes. Puede verse, por ej., L. L ER C H E R , Institu tiones Theologiae Dogmaticae , Barcelona 1945; II, pp. 343-355. J. F . SAGÜES, De Deo creante et elevan te; “Sacrae Theologiae Summa” I I nrs. 675-693. Madrid 1955. A. AR IAS, Del Opus, Ma- triti 1965, pp. 243-250. M. SCHMAUS, Dogmática Católica: II, Dios Crea­ dor, Madrid 1959, pp. 181-229.

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