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4 ADAN NUNCA FUE INOCENTE que la teología tiene planteado desde hace siglos en torno al estado de justicia original en el que fueron creados los padres del género huma­ no, Adán y Eva. El progreso de la teología ¿no exigiría una revisión radical de la enseñanza tradicional? Indudablemente. Más aún, una teología elaborada con rigor crítico y sobriedad científica, precisamen­ te para ser más fiel a la Palabra de Dios, parece debería optar — justifr cando científicamente esta opción— por la eliminación de la figura teo* lógica del Adán inocente, del llamado estado de justicia original en que habría sido puesto por Dios el primer hombre al llegar a la existencia. El enfoque que damos a nuestro estudio es el propio de la teolo­ gía dogmática; lo cual trae consigo determinadas consecuencias en cuanto al modo de presentar el problema, a su desarrollo y a la manera de formular las conclusiones. Por este motivo, no nos será posible en­ trar en una descripción pormenorizada del aspecto histórico del proble­ ma, tanto en épocas pasadas como en la actual; si bien asumiremos las conclusiones que juzgamos más seguras en este campo. Lo mismo ha­ remos en relación al aspecto bíblico del tema: utilizamos las conclusio­ nes más aceptables de la exégesis en este punto, ya que ellas son el pre­ supuesto y el alma de toda reflexión teológica; pero no haremos nos­ otros trabajo propio de escrituristas. I. SITUACION ACTUAL DEL PROBLEMA La enseñanza tradicional católica sobre el estado de justicia ori­ ginal se encuentra en la actualidad con dificultades desconocidas no hace muchos años. Desde el campo del saber humano y, lo que es más grave, desde el interior mismo de una fe que reflexiona sobre sus pro­ pios enunciados, la teoría tradicional es acosada con preguntas a las cua­ les parece no encuentra respuesta satisfactoria dentro de las fórmulas recibidas. Comenzamos nuestro estudio exponiendo la situación actual del problema en forma esquemática, pero suficiente. El lector intere­ sado podrá fácilmente completar su información con auxilio de la bi­ bliografía que iremos citando. i. Afirmaciones básicas de la teoría tradicional Nos referimos a la doctrina tradicional tal como la encontramos formulada en los teólogos que han escrito en los últimos decenios. Po­ demos estar seguros que en ellos se recoge la tradición teológica de si-

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