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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 1 9 La anterior descripción permite ya darse cuenta de la situación de crisis a que ha llegado la enseñanza teológica sobre el estado de justicia original. La crisis es lo más honda posible, ya que afecta al ser o no ser de tal estado. Las reformas dentro de la teoría van que­ dando insuficientes. Por ello son varios los teólogos que optan ya, en fotma más o menos explícita, por la eliminación total de la figura teo­ lógica del Adán inocente en estado paradisíacio, con todos los compo­ nentes que lo integran. Nosotros planteamos la cuestión en esta forma radical: ¿Es razona­ ble seguir hablando todavía del estado de justicia original como reali­ dad teologica o se impone el abandono total de la teoría tradicional en este punto? Hasta nuestros días se ha venido manteniendo con una seguridad rayana en lo dogmático. Sin embargo, el desarrollo actual de la teología nos obliga a hablar de ella como de una hipótesis de trabajo que cumplió ya su misión esclarecedora, según la mentalidad y presupuestos — culturales y teológicos— de los teólogos que la pro­ ponían. El cambio total de los presupuestos culturales, el mejor cono­ cimiento de las Fuentes y una mayor penetración en el Misterio de Cristo, dan por resultado el que la teoría tradicional se nos presente como carente de base y hasta perturbadora en orden a comprender verdades más fundamentales de la revelación. i. Recto planteamiento del problema. El hecho de la elevación de Adán al estado de justicia original era tenido como verdad de fe definida, hasta nuestros días. Ahora se I I . H A C I A U N A N U E V A S O L U C I O N D E L P R O B L E M A renze 1967, 41-42. L a eliminación va implícita o explícita en todos los teó­ logos que intentan explicar el pecado original sin recui’.ir al pecado cua­ lificado del protoparente del género humano, cfr. ibi. p. 36. En esta línea también P. SCHOONENBERG , El hombre en pecado, incluido dentro del “Mysterium Salu tis” (trad. esp. Madrid 1970) I I /2 pp. 942-1042; especial­ mente 1034-1037. BEN van ONNA, Cuestiones sobre el estado original a la luz del problema de la evolución: “Concilium”, 1967, 476-483. Para los teó­ logos protestantes modernos la doctrina bíblica y tradicional sobre Adán oí. el paraíso, o sobre el “estado primitivo”, no tiene contenido histórico, real; es una forma simbólica de expresar la distinción, básica en la con­ cepción bíblica del hombre, entre el orden de la creación y la realidad h is­ tórica del pecado. Ver, por ej., F. BRUNNER, Dogmatik, (Zü rich 1960) II. 59-63. O. M ICH EL-P . W RZ EC IN KO -E . SCH LIN K , Urstand, RGG . 1962, V I, 1205, 1214.

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