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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 17 distribuye la gracia de Cristo en forma imperfecta, progresiva, acompa sándose Dios al progreso natural del hombre individual y comunitaria mente o socialmente considerado. La teoría antigua despojada de sus elementos caducos, reducida a lo que es sustantivo para la fe, afirmaría tan sólo la posesión por los primeros hombres de la gracia de Cristo que comenzaba en ellos la vida eterna, si bien no en forma perfecta y plena. Esta gracia la perdieron por el pecado originante, que a su vez — según la explicación de Baumgartner— no fue un pecado de gravedad única y excepcional, sino el comienzo del pecado del mun do, de la situación pecadora de la humanidad, que llamamos pecado original y pecado del mundo ¿7. La postura de Fhck y Alszeghy en sus últimos escritos sobre el tema avanza hacia una reducción todavía mayor en las prerrogativas del estado de justicia original. Así parece demostrarlo su teoría sobre la posesión sólo virtual de la santidad y justicia que los autores conce den a la humanidad originaria 28. Siguiendo la forma clásica de proponer el problema, estos auto res ven la cuestión de la justicia original como una exigencia de la afirmación de que un primer pecado humano cualificado ha sido la causa de la situación pecadora de la humanidad entera. Declara su dis conformidad con la interpretación escolástica del estado original. No cree necesario seguir defendiendo la doctrina tradicional en lo refe rente al estado paradisíaco, ni siquiera la posesión real de los dones preternaturales. Más aún, tampoco sería necesario mantener la po sesión formal, efectiva, de la gracia santificante. «Puede pensarse que esta perfección existía solamente de una manera virtual que, por consiguiente, no podía comprobarse fenomenológicamente. Virtual, pero real y presente, si bien en forma germinal y ordenada a desarro llarse, si el pecado no hubiese interrumpido el proceso de desarrollo de esta «justicia original evolutiva», que se hubiera transformado en gracia santificante en sentido pleno y formal. Así piensan que se sal van las enseñanzas del concilio de Trento sobre el particular. La hu manidad primordial no sólo estaba ordenada al fin sobrenatural, sino 27. C. BAUMGARTNER , Ob. cit., pp. 218-224. 28. M. F L I C K Y Z. A LSZ EGH Y , ob. cit., nrs. 397-402. Anteriormente habia expuesto ya su pensamiento, Il peccato originale in prospettiva evoluzionistica: Gregorianum 47 (1966) 201-225.
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