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12 ADAN NUNCA FUE INOCENTE sus propios medios de investigación; pero que en ningún caso podrá presentarse ya el poligenismo como inconciliable con el dogma cristia no del pecado original18. Ahora bien, admitida la probabilidad del po ligenismo, la figura de Adán ya no puede ser mantenida en su tradicio nal categoría teológica privilegiada. Ya no había un único «Adán» y sus privilegios deberían ser compartidos por otros muchos «adanes». Y resulta sumamente difícil concentrar el destino sobrenatural de la humanidad subsiguiente en varias poblaciones humanas aparecidas tal vez en tiempos y espacios diferentes, posiblemente incomunicadas en tre sí durante siglos. En esta perspectiva poligenista podría preguntar se si la prerrogativa de poseer la santidad y justicia original se conce dió a un solo hombre, a una sola pareja, a una o varias de aquellas po blaciones originarias; si la raza humana que hace la historia documen talmente conocida, procede de un solo tronco o de varios. Similares difi cultades surgen al querer determinar el causante del pecado original en que nace el género humano sujeto de la historia de salvación. «Puede enunciarse como una ley que, a toda gran renovación o a todo descubrimiento fundamental en biología, sucede una revolución y un renacimiento de la filosofía e incluso de la teología)) 19. La visión evolucionista del mundo en el campo de la materia y de la biología llevó consigo una visión dinámica y hasta evolucionista en el campo propio de la filosofía, en el concepto mismo del ser y de las leyes fun damentales del acontecer humano. El evolucionismo científico fue pre cedido, acompañado y seguido de una nueva filosofía que rompía con el inmovilismo y estatismo predominante en la filosofía griega, sobre cuyas categorías había sido elaborada, de forma principal (aunque no exclusiva) la teología católica. Dentro de esta mentalidad filosófica nueva, interesa subrayar la insistencia en la relatividad e historicidad 18. K . RAHNER , Pecado original y evolución: “Concillum” 1967, pp. 400-414, donde llega a la conclusión: “c eemos que no existe motivo algu no para que el magisterio eclesiástico intervenga en el debate en torno al poligenismo” p. 414. P. G R E LO T , El problema del pecado original, Barce lona 1970. G. BLANDINO , Peccato origínale e poligenismo. Le rdcenti ipotesi teologiche, Forlí 1967. E n las obras de A. HAAS Y CRUSAFONT, c i tadas en nt. 13, se encontrarán abundantes testimonios a favor de la po sibilidad de defender el poligenismo sin peligro de falsear la doctrina bí blica y tradicional sob.e el pecado original, en lo que tienen de sustancial. 19. E. A GU IR R E , Problemática de la evolución fuera de las ciencias naturales: La Evolución (cf. nt. 13) p. 55; 52-79.
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