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A. PINTOR - RAMOS 3 7 3 supone en el sujeto un dinamismo teleológico que descansa en el ob- jeto. Creemos que de un modo general, los fenomenólogos se especi­ fican por estos tres caracteres, dejando un amplio margen a las distin- tas interpretaciones que de estos puntos han ido surgiendo, i) Punto de partida es siempre la vivencia,, definida esencialmente como m ten- cional. 2 ) El método usado es el de la epoché que luego se concretará en la técnica de las distintas reducciones. 3 ) De este modo se puede llegar al puro fenómeno, que es accesible en su autodón a la intuición esencial. Todos los fenomenólogos aceptan de algún modo estos pun­ tos fundamentales I0. La influencia de Husserl en el pensamiento alemán es difícil de exagerar, pero el estudio de esta influencia es curioso porque nos va mostrando que Husserl se iba aislando progresivamente de sus discí­ pulos y siguiendo un camino por el que nadie quería seguirle. En la historia del movimiento fenomenológico alemán se pueden distinguir tres variantes que corresponden a los tres períodos que se suelen dis­ tinguir en la evolución intelectual de H usserl; aunque hoy los in ­ térpretes más autorizados tienden a ver la carrera intelectual de Hus- serl como el desarrollo evolutivo de una temática unitaria u, nosotros seguiremos este esquema por razones didácticas, advirtiendo que no se debe ver una ruptura entre ellos, sino una continuidad que poco a poco va desarrollando las implicaciones del primer punto de vista. II. H usserl Edmund Husserl es el fundador de la fenomenología. En prin­ cipio, hemos de reconocer que su obra despertó mucho menos interés que la de algunos de sus discípulos, pero después de la segunda guerra 10. Para una caracterización histórica más amplia, cf. SPIEGELBERG, H., O.c., II, pp. 653- 701. 11. "La obra de éste [Husserl] se desarrolla en forma plenamente continuada, de tal modo que aún su configuración final tiene que ser considerada como el consecuente despliegue de un motivo fundamental, actuante ya en sus primeros escritos": LANDGREBE, L., O.c., p. 14. En el mismo sentido, el documentadísimo trabajo de BIEMEL, W., Las fases decisivas en el des­ arrollo de la filosofía de Husserl, en Husserl (Cahiers de Royaumont), pp. 35-67 (cf. más ade­ lante).

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