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A. PINTOR - RAMOS 411 nólcgos, en Scheler y en Heidegger, puntos de vista que él también rechazaba como malentendidos. Husserl se fue dando cuenta poco a poco de que no basta con afirmar que toda conciencia es «concien- cia-de»; todo depende de como ello se entienda. «Con todo el res- peto y gratitud con que recuerdo a mi genial maestro [Brentano] y aún cuando veo en la conversión del concepto escolástico de intenciona' lidad en el concepto descriptivo fundamental de la psicología un gran descubrimiento mediante el cual ha sido posible la fenomenología, con todo hay que distinguir esencialmente entre la psicología pura en mi sentido, contenida implícitamente en la fenomenología trascendental, y la psicología de Bretano... No basta decir que toda conciencia es «conciencia-de» y luego distinguir uno modos de conciencia típica- mente diversos... sino que es necesario preguntar a las distintas ca­ tegorías de «objetos», pero solamente en tantos objetos posibles de una conciencia» U9. En pocas palabras, la dimensión puramente descrip­ tiva de la intencionalidad es insuficiente y está exigiendo un análisis trascendental. A n t o n io P in t o r - R a m o s Salamanca (continuará) 119. Nachwon, párrafo 6.

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