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A. PINTOR - RAMOS 407 lo que fuese — estas relaciones en las que pudo tener su importancia la escuela psicológica de Wurzburgo, están mal estudiadas— , lo cierto es que estos jóvenes discípulos de Lipps vieron en la primera gran obra husserliana un aliado de excepcional talla para la defensa de sus intereses antipsicologistas y antirreduccionistas, defendiendo una con­ cepción de la fenomenología que acentúa aún más si cabe el alcance puramente metodológico de la fenomenología. La figura más importante de este grupo es indudablemente la oe Alexander Pfänder ( 1870 - 1941 ) autor de una obra extraordina­ riamente seria y consistente, cuyo trabajo fue calificado por el propio Husserl de «sólido» y que ciertamente no merece la oscuridad a que parece condenada, debido a la brillante genialidad de Scheler o al pen­ samiento más provocativo de Heidegger. Gran interés presenta para nosotros su Einführung in die Psychologie ( 1904 ), una obrita que despertó la atención de Husserl y que entre líneas expone la formu­ lación característica del punto de vista de los fenomenólogos de Mu­ nich, equivalente a lo que representa en Gotinga la de Reinach. Phänder se opone al psicologismo imperante y al cientifismo atomis- ta que había impuesto el círculo de Wundt; para ello, pone de relie­ ve la necesidad de una descripción psicológica que se centre en la vi­ vencia tal como ésta es vivenciada en la experiencia interna de cada uno. Como se ve, el recurso a la vivencia sigue siendo un lugar co­ mún entre los fenomenólogos, aunque las interpretaciones que de ella se dan sean distintas. No se traía de negar los métodos objetivos ni los derechos de la psicofísica, sino de hacer ver que es un sinsentido renunciar a la importante experiencia adicional que nos puede ofre­ cer la vivencia subjetiva y acabar con ese prejuicio empobrecedor que significa el estrecho objetivismo psicológico que quiso imponer el po­ sitivismo. Esta misma perspectiva sirve de base a su estudio sobre las in­ tenciones -Zur Psychologie der Gessinnungen -, su contribución al pri­ mer número del Jahrbuch. Fue aquella obrita de 1904 la que recla­ mó la atención de Husserl sobre Pfänder y motivó que le encargase la redacción de una lógica según los principios fenomenológicos; pa­ rece incluso que, antes de la llegada de Heidegger, Husserl había pen­ sado en Pfänder como su posible sucesor en la cátedra. Pfänder enten­ dió este trabajo como una parte de una empresa mucho más amplia, que suponía una completa reelaboración de toda la filosofía, de la que

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