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A. PINTOR - RAMOS 397 las coordenadas históricas en que nació y hacer ver la misión que le compete en el mundo contemporáneo. El racionalismo husserliano, más radical aún que el cartesiano, si se piensa que el cogito incluía el filósofo francés todo lo que hoy llamaríamos contenido de concien­ cia, mientras que Husserl sólo incluye la estricta racionalidad, es el heredero del ideal de libertad descubierto en Grecia que es la meta perenne que debe orientar los esfuerzos de la humanidad, si ésta quie­ re salvarse a sí misma. La crisis actual es una crisis de parcialismo en la que el sucesivo predominio de las direcciones particulares impuestas por algunas cien­ cias modernas han hecho estallar en mil pedazos la unidad que repre­ senta el originario «mundo de la vida» ( Lebenswelt ). Uno de estos casos es el kantismo; no sólo es incompleto su intento de crítica, por no haber llegado también a la lógica, como Husserl había visto antes 83 sino que está fundado en un prejuicio impuesto por la física newto- niana, que lleva a considerar a ésta como el arquetipo de toda cien­ cia *. Esa crisis comenzó ya con la dirección subjetivista impuesta en el horizonte europeo por el cartesianismo y se fue acentuando cada vez más en el moderno racionalismo occidental; como se ve, aquí enlaza Husserl de nuevo con la crítica implícita al cienticismo y más explícita al naturalismo psicologista que data ya de las Investigaciones y del ar­ tículo de Logos 87; la fenomenología trascendental quiere salvar ese ideal de libertad que sólo se podrá conseguir cuando se quiten a la ra­ cionalidad todas las trabas que algunas direcciones modernas le están imponiendo. Su misión entonces es servir como guía orientadora de la vida por encima de los intereses inmediatos y prácticos. Podemos decir que la fenomenología cambia aquí un poco de perspectiva; en lugar del proceso ascendente que veíamos antes, te­ nemos ahora un proceso en profundidad, si se nos permite decirlo así: la fenomenología quiere restaurar ese teleologismo universal de la vida, quiere ayudar al hombre a descender de nuevo al «mundo de la vida» que hoy está mediatizado y velado bajo seculares prejuicios impues­ tos por inveteradas tradiciones en nuestra área cultural. Sólo a partir 85. Formale und transzendentale Logik, párrafo 100. 86 . Krisis, p. 192. 87. Cf. KOCKELMANS. J.J., L’objectivité des sciences positives d’après le point de vue de la phénoménologie, en Archives de Philosophie, 27 (1964) 339-355. BOEHM, R., Les ciences exactes et l'idéal hussertien d’une savoir rigoureuse, en Ibid., pp. 424-438.

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