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3 9 4 VICISITUDES DEL M OV IM IEN -O FENOMENOLOGICO ALEMAN pleta racionalización de la experiencia?; más aún, ¿es esto siquiera teóricamente posible en el caso del ser humano, atado con lazos indi- solubles a la temporalidad, al mundo? Esa crítica de las concepciones filosóficas que le hacía presumir a Husserl que estaba ofreciendo algo radicalmente nuevo no es completa; efectivamente, la inatacabilidad de la experiencia interna es un puro postulado que Husserl acepta sin crítica y sin lograr comprender nunca la hipótesis cartesiana del genio maligno. Que la experiencia interna sea más segura que la externa puede no ser otra cosa que un prejucio del moderno racionalismo y Scheler notó inmediatamente la vulnerabilidad de este punto 75. Husserl siguió trabajando hasta el final de su vida, pero después de Cartesianische Meditationen, en rigor no publica ya más que el tex- to de dos conferencias que eran parte de una obra más amplia que lle­ varía el título Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie 7\ El ideal de Husserl había sido hacer de la fenomenología una nueva Mathesis universalis de la que dependerían todas las demás cien­ cias y que se traduce en una lógica racional de cuño trascendental que intenta de nuevo realizar el ideal de lo que Aristóteles había pretendi­ do con la «filosofía primera». Se pueden aceptar o no sus tesis concre­ tas, pero parece fuera de toda duda que la obra husserliana tiene un valor extraordinario al menos en la tarea de una fundamentación fi­ losófica de la lógica y en los problemas gncseológicos. Husserl aceptó dogmáticamente que este modelo tenía validez universal, pero fueron muchos entre sus propios discípulos los que pensaron que en otras re­ giones de objetos la actitud propugnada por Husserl era imposible o al menos inútil por crear problemas que luego resultaban difíciles, si np insolubles. Los fenomenólogos de la religión fueron unánimes en este sentido; ya f. Héring, discípulo de Husserl en Gotinga, decía que la reducción trascendental no era posible en el campo de la filosofía de la religión '7 y el verdadero divulgador del término «fenomenología de la religión» se expresa de modo inequívoco: «En el fondo es imposi­ ble enfrentarse reflexivamente, en la actitud de epoché, a un aconteci­ miento que, por una parte, es una vivencia límite y, por otra, afirma un estar-atrapado. No podríamos saber nada de la religión ni de la fe 75. V. gr. SCHELER, M., Schriften aus dem Nachlass. 2 Aufl., Francke, Bern 1957, p. 388 76. Texto critico completo de W. Biemel. “Husserliana”, VI, 1954. 77. HERING, J., Phénoménologie et philosophie religieuse. Alcan, Paris 1926, p. 78.

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