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A. PINTOR - RAMOS 3 8 9 soniana del tiempo, que él entonces no conocía y, por tanto, elaboró es- te texto sin conocimiento del filósofo francés, al que sólo estudió más tarde "9, traducido al alemán precisamente a instancias de otro fenome- nólogo : de Scheler. Husserl está a una altura en la que creía que su sueño estaba a punto de realizarse. Su pensamiento se hace ahora bastante complejo y vamos a in ten tar sintetizarlo sin mucha seguridad de acertar. El pro­ blema está ahora en seguir los distintos niveles de constitución y ello dará lugar a las distintas ciencias y disciplinas filosóficas. El pensa­ miento de Husserl no es en este punto del todo claro y sólo en Ideen I I 60 están estos problemas esbozados con una claridad inicial. La fenomenología ya no es puramente un método, sino una dis­ ciplina que ocupa la cúspide dentro de las disciplinas eidéticas de las cuales dependen, en tanto que tienen que tomar de ellas su aparato conceptual, las disciplinas fácticas ; la fenomenología es a las discipli­ nas filosóficas lo que las matemáticas a las ciencias de la naturaleza. La fenomenología trata de la subjetividad trascendental, de sus viven­ cias y de sus actos y supone la reducción eidètica y la reducción tras­ cendental. Esta «fenomenología» comprende en la concepción de H u s­ serl tres partes fundamentales: la «estética trascendental», que trata de los datos hyléticos que son dados a la conciencia como datos neu­ tros; la «noètica trascendental» que estudia los momentos noéticos que dan forma intencional a los datos hyléticos; finalmente, la «noe- mática trascendental» la cual, por medio de los noemas o contenidos del acto cognoscitivo, une los datos hyléticos en la identidad de lo in- tencionalmente mentado, con lo que el contenido del conocimiento pasa a ser objetivo. Si esta interpretación es correcta, tenemos que en el conocer hay un contenido de base neutro (hylé), un acto que car­ ga el acento sobre la operación subjetiva del conocer (nóesis) y un re­ sultado de esa acción mutuamente constitutiva, que sería propiamen­ te el conocimiento como resultado (nóema). Todo ello, no se olvide, dentro del plano trascendental. 59. Cf. Husserl (Cahiers de Royaumont), p. 237. 60. Publicado pòstumamente: IdeenII. Hg. M. Biemel. ‘•Husserliana", IV, 1952. Cf RICOEUR, P., Analyses et problèmes dans les “Ideen II" de Husserl, en Rev. de Métaphysique et de mo­ rale, 56 (1951) 357-394; 57 (1952) 1-16. VILLORO. L., La constitución de la realidad en la con­ ciencia pura (Elsegundo tomo de las “Ideen " de Husserl), en Dlánoia, 5 (1959) 195-212. También el cursode MERLEAU-PONTY, M., La fenomenología y las ciencias del hombre. Trad. I.B.B. de González y R. Piérola. Nova, Buenos Aires 1964. TOULEMONT, R., L’Essence de la société selon Husserl. PUF, París 1962.

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