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A. PINTOR - RAMOS 385 de seguridad y todo lo que sea trascendente a ella es problemático: «La técnica completa [de la reducción] consiste sencillamente en de- jar hablar a la intuición y poner entre paréntesis lo trascendente vivi­ do estrechamente unido a la intuición... La cuestión es siempre: ¿es­ te dato es realmente dado, pertenece en el sentido más riguroso a lo captado e intencionado o, por el contrario, lo que mentamos está más allá de lo realmente dado?» ,7. No es rigurosamente dado todo lo que no pertenece al «eidcs» de un fenómeno, lo que sea accidental; pero la reducción eidética, con ser imprescindible, no es suficiente. Hay que prescindor de todo aquello que no sea inmediatamente dado en la vivencia, de tal manera que el fenomenólogo no sobrepase nunca el campo de lo dado intencionalmente. Se podría pensar entonces que estamos ante una nueva variante de un rabioso subjetivismo, más rí­ gido que el cartesiano que, al fin y al cabo, mediante el apoyo en la veracidad divina, logra salir al mundo. Husserl salva esta dificultad de otro modo; nc se puede acudir a la veracidad divina, porque ello sería apoyarse en algo trascendente a la vivencia, pero la conciencia, el «yo» de Husserl no es un yo natural o psicológico, sino un sujeto trascendental. La reducción tiene que llevarnos del sujeto natural al sujeto trascendental, es decir, hay que quedarse tan sólo con aquello que determina a todo sujeto por ser tal, independientemente de las peculiaridades individuales que deben asimismo quedar entre parénte­ sis **. El Yo se queda sólo con aquellos caracteres que lo definen como eidos, que están necesariamente presentes en todo sujeto por ser tal. Sólo a partir de aquí será posible reconquistar el «mundo», que antes había quedado entre paréntesis y que ahora adquirirá un nuevo senti­ do. Esto puede parecer sencillo, pero la práctica es evidente que im­ plica una gran dificultad. Dificultad para llegar al nivel trascenden­ tal, pero dificultad aún mayor para mantenerse en ese nivel una vez conquistado, por la fuerza de atracción que sobre nosotros ejerce con­ tinuamente el mundo de la vida cotidiana. Sin embargo, no se pue­ de claudicar nunca, si se quiere mantener la idea de la filosofía como ducción a la inmanencia" en Husserl, en Diánola, 12 (1966) 215-235. BEDNARSKI. J„ La reduc- tion husserlienne. en Rev. de Métaphysique et de morale, 62 (1957) 416-435, MURALT, A. de La idea de la fenomenología, cit. pp. 257-365. 47. HUSSERL, E., Die Idee der Phänomenologie, cit., p. 43. 48. Cf. RABADE ROMLO, S., El sujeto trascendental en Husserl, en Anales del seminario de metafísica (Madrid), 1966, pp.7-27.

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