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348 PHYSIS - DIATHEKE Por lo que atañe a nuestro propósito, podemos prescindir de esta cuestión. Sea la naturaleza una fuerza única o sea un conjunto de dis­ tintas fuerzas, lo que interesa es subrayar las notas peculiares que Aristóteles atribuye a la « physis ». La primera nota es la autosuficiencia. La autosuficiencia de la « physis » queda bien patente en el modo cómo Aristóteles concibe la causalidad dentro de los cambios naturales. La naturaleza, según él, es a la vez causa eficiente, formal y final de los mismos. El desgarro cós­ mico que sufría el mundo en el dualismo platónico ha sido eliminado en la visión aristotélica. Si para Platón la idea es «ousía», « logos » y atélos », trascendente a la realidad sensible que participaba de un mo­ do muy deficiente de la misma, para Aristóteles estos tres caracteres de la idea son inmanentes a la «physis ». Todavía, si cabe, tiene la « physis » una plenitud de que carecía la idea platónica que ejercía su acción como causalidad eficiente a través del demiurgo. La « physis », por el contrario, por sí misma activa, goza de causalidad eficiente J5. En efec to ; para Aristóteles la naturaleza es el principio de donde procede el movimiento. Al mismo tiempo, es la forma que especifica los diversos movimientos. Y es, finalmente, la meta a que tiende el movimiento. N ingún proceso más adecuado para aclarar esta concep­ ción filosófica que el proceso de crecimiento en el viviente. Este proce­ so tiene su causa eficiente en la naturaleza peculiar de dicho viviente, que despliega sus virtualidades latentes. T iene también en la na tu ra ­ leza su causa formal, pues el viviente se desarrolla según una forma bien determinada. T iene igualmente en la naturaleza su causa final, por cuanto el pleno desarrollo de la forma específica es la meta que el viviente logrará si en su marcha hacia la misma no es impedido pol­ la deficiencia de la materia o por el choque con agentes extraños y coactivos 16. T an sólo la causa material parece quedar fuera de la naturaleza. Pero ya nos advierte Aristóteles que pertenece a la « physis » en cuan­ to es el sustrato sobre el que actúa la forma. Con ello se cierra la plena y perfecta autonomía de la « physis » 17. La segunda nota es su carácter fixista dentro de la especie. Y 15. De Anima, II 4, 415 b 8-28. 16. Phys., II. 8, 199 a 30-32 17. Phys. II, 1, 193 a 29-30

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