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346 PHYSIS - DIATHEKE la ciencia histórica como descripción de la vida humana tiene su pri- mer florecimiento en Grecia. Hasta ellos hay sagas, leyendas, cancio­ nes épicas, elencos de reyes y crónicas de los mismos. Pero no hay his­ toria. Sólo con los griegos se inicia la preocupación por conocer la vida cultural de los pueblos. Sin embargo, no llegan a preguntarse por ei fin y el sentido de la historia, como tal. No se hicieron ninguna pre­ gunta seria sobre el destino humano. Lo dejaron a los epos y leyendas \ Esto, que ya es una deficiencia muy notable en historiadores pro­ fesionales, como Heródoto y Tucídides, es manquedad más honda en las filosofías de Platón y de Aristóteles. Con esto de particular: que admira más la carencia de una visión última de la historia en Aristóteles que en Platón. Este, ladeado en todo su pensar hacia lo Trascendente, desestima como umbrátil y sin consistencia lo que acaece aquí abajo. Y por consiguiente, la historia. El cosmos platónico es un mundo de as­ censo contemplativo, estático y jerarquizado, que halla en el pensa­ dor cristiano del Corpus Dionysiacum una de sus visiones más logra­ das 10. Aristóteles, por el contrario, estima mucho más que Platón los hechos de la experiencia. Describe con gran copia de datos para su épo­ ca la historia de los animales. Pero se queda en la mera historia, es de­ cir, en la descripción de las observaciones que capta. No se eleva a bus­ car las causas y el sentido último. La historia no llega a la Metafísica. Está excluida de su campo. La raíz de esta exclusión se halla en que el mismo tema del hom­ bre, sujeto primario de la historia, no lo incluye entre los objetos de la Metafísica. Es un tema que compete a la Física, entendida en el senti­ do que tiene en la filosofía griega. No en el restringido que ha tomado hoy. Objeto de la Física es todo lo que cambia, crece y decrece. El hombre y su historia entran de lleno en el campo de la Física. ¿Qué nos dice ésta de tales temas? Ya sabemos que son tres los niveles de la Física, según Aristóte­ les. El primero es el de los fenómenos que suceden siempre. Tales fe­ 9. Cf. R. BULTMANN Das Verständnis der Geschichte im Griechentum und im Christentum, en Der Sinn der Geschichte, 2.* ed. München, 1961, p. 50-65; R. G. COLLINGWOOD, Idea de la his­ toria, trad. españ.. México, 1950, p. 59-108; L. DUJOVNE. La filosofía de la historia en la Antigüedad y en la Edad Media. Buenos Aires, 1958, p. 70-143. 10. Cf. R. ROQUES, L'univers dionysien. Paris 1954

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