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E. RIVERA DE VENTOSA 333 quiere su Hacedor. La voluntad divina es la naturaleza de las cosas. Como dice W . Eichrodt la naturaleza se ha subjetivizado en cuanto viene a ser una función de la acción divina. La palabra de Dios es el agente poderoso que hace germinar la tierra, brotar la hierba, hervir de animales las aguas, etc... Pero en ningún momento se describe la naturaleza como principio interno y necesario del movimiento de los seres naturales \ La naturaleza obra según leyes fijas. Son estas leyes la secuencia obligada del mismo concepto de naturaleza. Ahora b ien ; en toda la Biblia no se habla de otra ley que la promulgada de un modo o de otro por el mismo Dios. De las leyes naturales en la Biblia escribe así el comentarista P. Van Imschoot : «Lorsque l’Ancien Testament men­ tionne les lois auxquelles sont soumis les phénomènes naturels, il s’agit de lois imposées de l’extérieur par Dieu, non de jeu des causes secon­ des» 3. Ante estas observaciones, por otra parte elementales, nos parece insostenible cierta apologética bíblica de hoy. Hasta no hace mucho se vio en la Biblia una rémora para la investigación científica. El caso Galileo ha sido explotado hasta la saciedad. Por un deseo excesivo de reconciliar la Biblia con la Ciencia, hoy se in ten ta mostrar que es la Biblia el punto de partida de la gran ciencia moderna. U n pasaje del investigador Cl. Tresmontant es t k n significativo a este propósito. H e aquí cómo analiza este hecho cultural : «El universo bíblico es un universo profano en el que se establece la distinción entre el orden de lo increado divino y el orden de lo creado. El universo bíblico es ya nuestro universo positivo, en el que ninguna cosa visible, sensible, pue­ de reputarse divina ; un universo secularizado. No admiramos lo su­ ficiente la revolución que la teología y el pensamiento bíblico han su­ puesto en la mentalidad del hombre antiguo. Este desprendimiento de toda idolatría y de toda mitología ha hecho posible la ciencia moder' na» M. 52. Theologie des Alten Testamentes. Stuttgart, 1961, p. 100-102. 53. Théologie de l’Ancien Testament, Tournai, 1954, p. 105-106. 54. La doctrina moral de los profetas de Israel, trad. españ. Madrid, 1962, p. 25. Sigue es­ ta misma línea F. L. BOSCHKE, La creación no ha terminado todavía. Un científico, tras las hue­ llas del Génesis, trad. españ., Barcelona-Madrid. 1962.

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