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362 PHYSIS - DÏATHEKE y evolución, la « diatheko > muestra al hombre en un pacto bilateral por el que acepta — y en ocasiones rechaza— el plan de Dios. De esa suerte el pensamiento bíblico hace ver que los primordia­ les agentes de la historia son Dios y el hombre. Con esto de particular ; que el plan de Dios no lo podemos intuir de un modo claro, ni aun si­ quiera después de realizados los hechos. Sólo su propia revelación nos desvela la vertiente de la historia. Queda, por lo mismo, la mayor par­ te de las veces envuelta en el misterio. Ello no quiere decir que la ac­ ción de Dios en la historia no sea muy efectiva. El otro agente es el hombre con su libertad. Esta libertad es la fuerza creadora que motiva el ascenso — y en ocasiones el descenso— en el desarrollo histórico. Precisar estos ascensos y descensos, descri­ biéndolos detenidamente, toca a la historia profesional. Nadie podrá poner en duda que la visión de la historia es un pensamiento clave en la mentalidad bíblica. Pero, ¿qué decir del con­ cepto de naturaleza ? Se ha dicho muchas veces que el clima cultural en que se componen la mayor parte de los libros de la Escritura es muy ingenuo, primitivo y típicamente oriental. De aquí la dificultad de poderle traducir a nuestras categorías mentales y aun de meramente comprenderlo. Con toda razón J. Bonsirven escribe : «Disciples d ’Aris- tote ou de Descartes, nous sommes habitués aux déductions rigoureuses, construites suivant des principes rigides (principe d ’identité, principe de raison suffisante) et, au sommet, nous aboutissons au syllogisme. Un Oriental est insensible aux prestiges d ’un syllogisme: son mécanisme est sans prises sur lui. Il comprend mieux, d ’accord en cela avec le po­ pulaire de tous les temps et de tous les pays, les a fortiori, les assimi­ lations : elles jouent entre des objects concrets et sont donc immédia­ tement saisissables, bien qu ’elles manquent de rigueur» 51. Reconocida, por lo mismo, la inmensa distancia que separa la mentalidad bíblica de la metafísica griega, hay que subrayar en un segundo momento que uno de los conceptos que más diferencian a la una de la otra, es el concepto de naturaleza. La actitud del pensamien­ to bíblico con relación a ella es más bien negativo. Carece de esa idea o concepto. No hay otra naturaleza en los seres creados que lo que 51. Vocabulaire biblique. Paris 1958, p. XIII

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