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M. GARCIA CABERO 2 5 5 Freud da una explicación exclusivamente psicológica de este fe- nómeno interpretativo. Para él el folklore, los símbolos, los mitos, las leyendas... no son otra cosa que proyecciones del psiquismo humano. El hombre percibe confusamente las virtualidades del propio psiquis- mo. Dado que no encuentra una explicación satisfactoria, se crea de- terminadas ilusiones, que poseen la virtualidad de construir un cos­ mos extrasubjetivo, donde todas las cosas encuentran explicación: el pasado, el presente y el futuro. Todo con su carga positiva y negativa. Lo positivo de la vida tendrá un fin agradable en una situación inmor­ tal. Lo negativo se podrá remediar con la expiación. Los grandes sue­ ños de la joven humanidad encuentran así su realización 5. El hombre posee una vida misteriosa, que reproduce aquellos componentes que escapan al control racional. Esta vida misteriosa es la onírica. El sueño del hombre traduce el elemento optativo, los afec­ tos, los proyectos, los deseos no realizados... En realidad, el mundo oní­ rico reproduce la dimensión más profunda del hombre. Es difícil lle­ gar a esta vida onírica, porque se halla defendida por diversos mecanis­ mos, como la condensación, el desplazamiento, la personificación, multiplicación y estratificación de los afectos psíquicos. Por ello es ne­ cesario conocer el dinamismo de todos los mecanismos para poder ex­ plicar la dimensión más profunda de toda la vida del hombre. Pues bien, según Freud, también la humanidad sueña. Los sue­ ños de la humanidad se encuentran en los mitos, que no son más que los deseos que la humanidad ha tratado de realizar a través del tiem­ po. En su formación se pueden encontrar los mismos mecanismos de­ fensivos que se encuentran en la vida onírica del individuo 6. Esta digresión sobre la mitología ha sido necesaria, no solamen­ te en el intento de una estricta fidelidad a la evolución del pensa­ miento freudiano sobre la religión, sino, sobre todo, porque en 1904 Freud concluye que el mito no se encuentra tan lejos de la religión. Y así Freud inicia el estudio de las numerosas analogías que 5. FREUD S., Los orígenes del psicoanálisis: Carta a W. Flless del 12 de diciembre de 1897, 797; cfr. Psicoanálisis aplicado: El poeta y la fantasía, 1061; Conclusiones, ideas problemas, III, 447. 6. FREUD S ., La interpretación de los sueños, 527; cfr. Historíales clfnicos: Observaciones psicoanaliticas sobre un caso de paranoia ( “ dementia paranoides” ) autobiográficamente descrito, I, 784. (Aunque esta obra ha sido firmada por Freud en 1925, se puede utilizar aquí, pues Freud deseaba corroborar lo que pensaba en 1895-1896, como él dice en la introducción a la m ism a).

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