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282 LA CONCEPCION RELIGIOSA DE FREUD es asesinado. A través de los conocidos procesos psicológicos, su pues­ to llega a ser ocupado por el animal totem. Poco a poco, el totem de­ ja de ser el sustituto del padre para convertirse en un símbolo de la unión con el mismo. El animal pasa a ser una imagen del padre divi­ nizado, del dios. Este dios cobra día a día rasgos más humanos. Los hombres se crean dioses a su imagen y de acuerdo con la situación so­ cial circundante ". Las divinidades se jerarquizan y multiplican. H ay otro paso evolutivo en el que insiste F re u d : el paso del po­ liteísmo al monoteísmo, es decir, a la restauración de los derechos del protopadre. Para él no cabe en ello otra explicación que la actuación del complejo edípico y del sentimiento de culpa. El crimen primitivo actuaba en el inconsciente, donde había permanecido «olvidado» du ­ rante muchos siglos. La humanidad vivía bajo el sentimiento de cul­ pa. El fruto de la actuación de la culpabilidad ha tenido como con­ secuencia la vuelta al protopadre, pero no al protopadre tirano y usur­ pador, sino al protopadre divinizado, en una analogía comparable al mo­ vimiento de las religiones mistéricas. Se vuelve al Padre único al que se denominó Dios único. Freud indica dos momentos de retorno a ese padre ún ico : el pri­ mero se da con Moisés (y de esto se tratará luego); el segundo habría tenido como inspiración la sensibilidad de un judío — Pablo de T a r ­ so, que en cuanto ciudadano romano y perteneciente al mundo he­ lenista no podía hallarse totalmente libre del influjo de la mentalidad ambiental— , el cual habría captado el sentimiento de culpa que pade­ cía la humanidad. De hecho la sociedad contemporánea de Pablo, co­ mo toda la mediterránea, sufría en la espera de un acontecimiento sin­ gular y suspiraba la venida de un salvador. Para Freud, Pablo ha­ bría captado el aspecto colectivo de la espera de la humanidad bajo el matiz de expiación y le habría dado una explicación válida psicológi­ camente: le habría llamado pecado original. Con ello quería decir que la humanidad en cuanto tal había asesinado al potropadre haciéndose rea de culpa. Era una culpa que necesariamente se debía expiar. Pablo encontró en un agitador político-religioso, crucificado pocos años antes, el símbolo del hermano mayor que habría expiado la culpa antigua. Así la humanidad se veía libre del pecado. (Pero el cristianismo, sur­ gido de esta manera, no pudo evitar la divinización del hijo) w. 88 . Ibid.. 243. 89. Ibid., 245 ss.

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