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264 LA CONCEPCION RELIGIOSA DE FREUD porta de tal manera, en el intento de resolver un conflicto interior. Se comporta «como si» fuera culpable de algo (no sabe de qué) y en el deseo de evitar posibles castigos. Concluyendo el estudio sobre las analogías y diferencias entre re­ ligiosidad y neurosis obsesiva, Freud define la religión como «neuro­ sis obsesiva universal». Esta definición parece exclusivamente basada en la perspectiva psicoanalítica y, desde esta perspectiva unilateral, se da una definición que quiere ser total, lo que no parece lícito. Quizás no siempre Freud es consciente de esta unilateralidad. De todos mo­ dos, si se quiere continuar en sus premisas, hay que tener en cuenta esta unilateralidad. Otra cosa importante es comprender que se trata de una analogía, por consiguiente de una definición a base de semejan­ zas y diferencias. Y además, tal analogía se hace desde un punto de vista clínico, entre un enfermo, el neurótico obsesivo, y un hombre normal como puede ser el devoto común La mentalidad con la que Freud examina la analogía establecida aparece también cuando dice que la coincidencia se funda en la renun­ cia a las pulsiones v, a su actividad, y la diferencia se hallaría en la naturaleza de las mismas: en la neurosis, exclusivamente sexuales; en la religión, egoístas. Existe otro elemento en el comportamiento colectivo del prim iti­ vo que se encuentra también en el neurótico. Se trata del comporta' miento mágico. Tampoco se detiene especialmente aquí Freud a pro­ fundizar el problema. Se limita a describir e interpretar desde el pun­ to de vista que le es más congenial — el psicoanalítico— la realidad que se le ofrece. 36. Ibid., 1053. 37. La utilización del vocablo "pulsión" es deliberada. Se trata de un neologismo, pero no de una novedad excesiva, dado que se viene usando con normalidad en las otras lenguas latinas: en francés: pulsión; en italiano: pulsione; en portugués: pulsdo. Es verdad que la traducción cas­ tellana de las Obras de Freud usa siempre instinto y lo mismo —a lo que parece— se viene ha­ ciendo en las diversas publicaciones castellanas, aun dándose cuenta de algunas dificultados (cfr., por ejemplo, la traducción del libro de W. HUBER - H. PIRON - A. VERGOTE. La psycha- nályse, selence de l’homme, Guadarrama, Madrid 1967, 105, nota). Sin embargo, parece conve­ niente utilizar el término "pulsión" por fidelidad al mismo Freud, quien distingue entre Instinkt y Trieb. Freud utiliza Instinkt para calificar un comportamiento animal fijado porla herencia, ca­ racterístico de la especie, determinadoen su desarrollo y adaptado a su objeto (el mismo signi­ ficado tiene la palabra castellana). El término "pulsión" —que Freud precipitadespués de ha­ ber estudiado la sexualidad infantil—pone de manifiesto cómo —Freud habladirectamente de pulsión sexual— no tiene un fin y un objeto específicos: su objeto es variable, contingente, llega a una forma definitiva, no en base a una determinación previa, sino en base a las vicisitudes de la historia del sujeto; sus fines son múltiples y variados y dependen estrechamente de fuentes so-

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