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PELAYO DE ZAMAYON 1 9 3 es tan densa, que apenas se puede estar seguro de haber captado plenamente el pensam iento y la intención del texto aristotélico. La segunda por la concisión. La lengua griega tiene posibilida des para ella inasequibles para las lenguas modernas. En la M eta fí sica, la concisión ha sido llevada al límite. ¿Y qué decir, por último, de la belleza literaria de una traduc ción com o ésta? Que sería absurdo pretenderla. El original carece de ella por completo. Todos estos motivos inducen a G. Yebra a con fesar: “ De mi traducción de la Metafísica puedo decir que n inguna de las hechas por m í hasta ahora me ha costado tanto trabajo ni me ha dejado tan insatisfecho. Tem o no haber sabido evitar los d efec to s ...” Por nuestra parte, creemos que no ha sucedido así: que la m o destia del traductor ha ocu ltado sus propios méritos. Los lectores los vemos mejor. V Sobre la traducción de algunos términos técnicos. En las páginas X X X -X X X 1 X . del prólogo, para orientar al le c tor, ofrece unas ind icaciones muy eruditas y oportunas acerca de la traducción adoptada de algunos térm inos técn icos muy empleados en la Metafísica. Estos s o n : atoo;, ¡?.opcpr¡, I-ic, Xd-fo?, ouoía, -o tí saxt, t ó tí rjv síva>., palabras y fórmu las que traduce respectivamen te : síSoc por “ especie” ; ¡too©^ por “ fo rm a ” ; por “ háb ito” , otras veces por “ manera de ser” y otras por “ posesión” ; Xd-frc por “ con cep to ” y “ enunciado” ; y a veces también por “ expresión” , “ fr a se” , “ d iscurso” , “ p roporción ” de una m ezcla; y, finalm ente, por “ ra zón ” , “ razonam iento” , “ argum ento” , “ op in ión ” y aun “ sistema” , oú- aía que ya en Aristóteles tiene cuatro sentidos, ha sido traducida frecuentem ente por diversas palabras, sobre todo dos: “ esencia” y “ substancia” . “ Y o he vacilado largam ente entre ambos térm inos — escribe G. Yebra— . "Al principio me inclinaba por esencia; pero al fin, me decidí por substancia. « Por fin las dos fórmulas, im posibles de traducir literalmente, t¿ tí ¿ stí y t ¿ tí rjv slvat se tra ducen, la primera por “ la quididad” , la segunda por “ esencia” . A lo largo de las citadas páginas se exponen las razones filoló gicas y filosóficas que han m ovido al traductor a adoptar esas tra ducciones, a pesar de la obscuridad y demás dificultades que presen ta esta materia en el texto y el contexto aristotélico. 9
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