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G. GRACIA GUILLEN 91 Todo esto tenía lógicamente que provocar su impacto. Y, en efecto, lo ha producido, de modo que hoy podemos cambiar sensible­ mente nuestra idea de las doctrinas freudianas. Así han aparecido un importante conjunto de trabajos que, con nueva mentalidad teologal, y también con el concurso de las últimas fuentes, han dado una ima­ gen sensiblemente distinta de la clásica. No por azar Ricoeur, en el Avant'propos de su obra sobre Freud, y refiriéndose concretamente a la obra de su maestro Roland Dalbiez, escribe: mon entreprise est née de la conviction inverse21. ¿Cuál es la nueva imagen que sus autores nos deparan? Por lo pronto hay un intento de superar la famosa tricotomía (método psi- coanalítico, psicología freudiana, filosofía freudiana) que la corriente clásica quiso establecer en Freud. ((Reducir el psicoanálisis a la obser­ vación y a la terapéutica y extirparle todo lo que de teorías y especu­ laciones contiene nos parece una empresa imposible e indebida, tan­ to más cuanto que Freud claramente pretende que el psicoanálisis sea la base de una psicología nueva y más profunda, que es indispensable también para la comprensión de lo normal. Sus hipótesis y resultados tienen aplicación a otros órdenes de la vida psíquica y mental» 2. Hay que enfrentarse con Freud entero, sin distingos ni parcela­ ciones. ¿Y qué se deduce de este enfrentamiento en el plano de la religión? Sabido es que, para Freud, la religión tiene su origen en la im­ potencia del hombre para enfrentarse con las fuerzas naturales exte­ riores y las fuerzas instintivas interiores. Es una defensa frente al in­ menso volumen de «frustaciones» a que nos vemos expuestos en la vida 23 y una evasión de los «conflictos» más elementales, el Edipo y la culpabilidad **. La religión surge en una etapa primitiva del desarrollo humano, cuando el hombre no puede usar su razón para enfrentarse con estas fuerzas interiores y exteriores, y tiene que reprimirlas, o tratarlas con 21. RICOEUR, P., De Vinterprétation, (París, 1965), «Avant-propos». 22. PLE. A.. Freud y la religión (trad. esp„ Madrid 1969), pp. 156-7. 23. Cf. El porvenir de una ilusión (O. C., I, 1255-1281) y El malestar en la cul­ tura (O. C., III, 1-65). 24. Cf. Totem y tabú (O. C., II, 419-507) y Moisés y la religión monoteísta (O. C., III, 181-285).

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