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128 RELIGACION Y PSICOLOGIA PROFUNDA que este método de investigación psicológica se convierte en una espe­ cie de concepción general del mundo, y por ello también en una «mo­ ral», no puede más que empobrecer al hombre. Caerá en la supersti­ ción queriendo reducir la vida del alma a las leyes del determinismo causal; en realidad, sólo se ocupa del substratum biológico del alma y no puede traducir adecuadamente los aspectos superiores del ser hu­ mano» ( CR , 625 ). En estas reflexiones no debe buscarse, según Camso, una crítica del psicoanálisis. No se trata de la factura de una crítica sino del des- enmascaramiento de una lógica, cual es la de la investigación científica. «El método científico no puede descubrir en el hombre más que su as­ pecto determinista, y no puede ser de otro modo. En efecto, este méto­ do consiste precisamente en revelar las causas materiales de los fenó­ menos estudiados y en prever la aparición de unos mismos efectos es­ tableciendo «leyes», que no son otra cosa que la invariabilidad de re­ laciones comprobadas por la experiencia» (CR, 626 ). El psicoanálisis participa, pues, de las grandezas y limitaciones del método científico. Por lo primero escribe Caruso: «Como toda la terapia moderna, la psicoterapia emplea una técnica, y es gracias a la seguridad de la misma ccmo podemos curar a nuestros clientes. Sería una grave falta desdeñar en un plano biológico los datos de la psicote­ rapia contemporánea. A este propósito, manifestamos nuestro disgusto de que no sea exigido con más firmeza a todo aquel que practica la psi­ coterapia el someterse previamennte a un «análisis didáctico». Sin este requisito no podrá dominar la técnica del desenmascaramiento psico- analítico ni, sobre todo, desembarazarse él mismo de los obstáculos efectivos para su correcta aplicación» (CR, 627 ). Pero el psicoanálisis clásico, que en lo anterior posee su grandeza, tiene, por lo mismo, una muy esencial limitación, cual es la de concre­ tarse con exclusividad al plano biológico. Cosa ésta oue, si bien es ne­ cesaria, no es suficiente, ya que el plano espiritual (o específicamente humano), sede de la libertad y de los valores, no puede ser abarcado por tal método. «Lo que es libre y esencial en el espíritu humano no puede ser captado por este método psicológico» (CR, 627 ). Y la neuro­ sis que, para Caruso, es «un compromiso sobre falsos valores» (CR,

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