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100 RELIGACION Y PSICOLOGIA PROFUNDA bajo no constituyen partes integrantes del edificio doctrinario del análisis: es mi opinión personal que coincide con la de muchos no psicoanalistas y prepsicoanalistas y que seguramente no comparten muchos honestos analistas. Si yo deduje del análisis ciertos argumen tos, en realidad sólo uno, esto no tiene que impedir a nadie el uso del método imparcial del análisis incluso para una opinión contraria. Tam- bién esto se dice en el opúsculo. Si alguien opina que esto no es fácil, y que la práctica del análisis aleja necesariamente de la religión, habría que objetarle que cualquier otra ciencia lo hace en la misma me dida» (F-P., 113 ). Permítasenos una última cita como colofón de este profundo juego dialéctico y psicoterápico, de tanta importancia para la com prensión de las ideas religiosas de Freud. En carta de 1928 dice Pfis- ter: «No hay mucho peligro de que usted solicite el bautizo o de que yo salte del púlpito. Pero hay, en cambio, algunos puntos de acercamiento muy importantes, y si tomo en cuenta que usted es mu cho mejor y más profundo que su ateísmo, y yo peor y más superficial que mi fe, entonces no tiene por qué interponerse un abismo tan tre mendo... La diferencia radica principalmente en el hecho de que usted se desarrolló en contacto con formas religiosas patológicas y las conside ra como la «religión», en tanto que yo tuve la suerte de poderme orien tar hacia una forma de religión libre, que a usted le parece ser como un mero residuo del cristianismo, mientras yo veo en ello la parte central y sustancial del evangelismo» (F-P., 117 ). De nuevo vemos en este párrafo la neurosis de Freud, no en úl tima instancia causada por «las formas de religiosidad patológicas» en que se educó. Pero esto no invalida las doctrinas psicoanalíticas, ni aún el plano más profundo de religiosidad o religación que en Freud parece existir. Una magnífica prueba de que estas dos cosas no que dan invalidadas lo constituye, precisamente, la aleccionadora corres pondencia con Pfister. En este sentido se proclaman hoy la totalidad de los comentaristas de Freud. Jones, a prooósito de su incredulidad, nos dice que es muy anterior a sus investigaciones psicológicas, las cuales, por consiguiente, nada tienen que ver con ella. La enemiga de Freud contra la religión no es algo que invalide sus titánicas con quistas, tanto antropológicas como psicológicas y analíticas. Muy al
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