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98 RELIGACION Y PSICOLOGIA PROFUNDA terapia de grupo48, y que se produjo con gran intensidad dentro del grupo psicoanalítico, precisamente en los años 1911 - 1914 , con la de­ fección de Adler, de Jung y la escuela suiza, con los problemas de Ste- kel y Tausk. En este ambiente de «regicidio» se escriben Tótem y tabú y el Moisés. En el primero, los hijos se reúnen para asesinar al padre todopoderoso que reina despóticamentne sobre el grupo. Y los dos, según Rof, responden a una especie de intento autocurativo, de terapéutica frente al doloroso quebranto del abandono de los discí­ pulos predilectos. Quizá quien mejor comprendió en este punto a Freud fue su in­ condicional amigo el pastor Oskar Pfister, que no hizo otra cosa du­ rante treinta años que ayudarle a madurar y autorrealizarse auténti­ camente. Ante esta gran figura Freud no hace sino meditar y conce­ der. «En sí el psicoanálisis no es ni religioso ni lo contrario, sino un instrumento mental del que pueden servirse tanto el religioso como el laico siempre que se utilice para liberar a los que sufren. Estoy sor­ prendido — dice Freud— de no haber pensado yo mismo en la ayu­ da extraordinaria que puede prestar el método psicoanalítico en la cura de almas, pero esto se debe seguramente a que yo, como hereje perverso, estoy muy alejado de estas cuestiones» (F-P., 19 ). Y el 14 - IX -1926 escribe Freud: «Si los señores eclesiásticos quieren utilizar el análisis, no tenemos nada que decir, sólo debe solicitar autoriza­ ción para ello del propio obispo. Sé muy bien que en Alemania hay un psicoanálisis católico, en Austria no sería posible» (F-P., 101 ). Pfister, que no puede aceptar esta autopunición casi masoquista del «hereje perverso», le responde: «Y en segundo lugar, no es usted ateo, ya que quien vive para la verdad, vive en Dios, y quien lucha para la liberación del amor está en Dios, según San Juan, IV, 16 . Si usted hiciera llegar a su conciencia y viviera el sitio que ocupa en los grandes nexos, que para mí son tan necesarios como la síntesis de las notas de una sinfonía de Beethoven en el todo musical, diría también de usted: Nunca hubo un cristiano mejor» (F-P., 60 ). Y en otra car­ ta : «Hice en Platón un precioso hallazgo, que le dará mucho gusto.. . En Platón se encuentra también la frase: «El arte de curar es el re­ 48. R O F C A R B A L L O , J., «P s ico a n á lis is y R e lig ió n », en P L E , Op. cit., p p . lls s .

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