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94 RELIGACION Y PSICOLOGIA PROFUNDA ha de revelarse en una forma de existencia inteligible para nosotros, los hombres, seres de pulsión; «esto implicaba el que se incorporara a nuestra historia integrando en sí la realización de algunos mecanis- mos pulsionales» 81, «que pudieran con el tiempo detectarse; tal tiem- po habría llegado con Freud» ®. Hay que tener en cuenta, además, como ha expuesto Fromm M, que lo anterior no significa que Freud rechace por falsa la idea de Dios. «El propio Freud declara que el hecho de que una idea satisfa ga un deseo no significa necesariamente que la idea sea falsa. En rea lidad, hay muchas ideas verdaderas, y también falsas, a las cuales ha llegado el hombre porque quiere que la idea sea verdadera. La mayo ría de los grandes descubrimientos han nacido del interés de que ha ya algo verdadero. Si bien la presunción de tal interés puede hacer muy sospechoso al observador, no puede probar la invalidez de un concepto o declaración. El criterio de validez no reside en el análisis psicológico de la motivación, sino en el examen de evidencia en pro o en contra de una hipótesis, dentro del marco lógico de la hipótesis». Esta argumentación la expone Freud precisamente en El porve - nir de una ilusión. Allí nos dice que ((ilusión» no es necesariamente un error. Para que se comprenda bien esta distinción pone varios ejemplos, entre ellos el de Cristóbal Colón, quien deseando, y con gran intensidad, descubrir una nueva ruta a las Indias, tuvo la ilusión de haberla encontrado y, sin embargo, lo que había descubierto no dejaba de serlo con toda realidad. Freud nos define la ilusión con es tas palabras: «Calificamos de ilusión una creencia cuando a p a rece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, pres cindiendo de su relación con la realidad, del mismo modo que la ilusión prescinde de toda garantía real» (O.C., I, 1269 ). Pero Freud va más allá que el tratar de probar que la religión es una ilusión. Dice que la religión es un peligro porque tiende a san tificar las malas instituciones humanas con las cuales se ha aliado a través de su historia; además por prohibir el pensamiento crítico, la religión es responsable del empobrecimiento de la inteligencia. Como 31. TORNOS, Op. cit., p. 72. 32. Ibid., p. 71. 33. FROMM, E„ Psicoanálisis y religión (trad. esp., Buenos Aires 1987), p. 25. nota 1 .
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