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92 RELIGACION Y PSICOLOGIA PROFUNDA la ayuda de otras fuerzas afectivas. Por lo tanto, en lugar de hacer frente a estas fuerzas por medio de la razón, lo hace mediante «contra- efectos», mediante fuerzas emocionales, cuyas funciones son suprimir y dominar lo que el hombre es incapaz de hacer frente racionalmente. En este proceso, el hombre desarrolla lo que Freud llama una ((ilusión», cuyo material toma de su experiencia individual infantil. Al verse frente a fuerzas peligrosas, incontrolables e incomprensibles, dentro y fuera de sí, recuerda, por así decirlo, y regresa a una expe­ riencia que tuvo como niño, cuando se sintió protegido por un padre a quien consideró de sabiduría y fuerza superiores, y cuyo amor y pro­ tección podría ganar, obedeciendo sus órdenes y evitando la transgre­ sión de sus prohibiciones Así de acuerdo con Freud, la religión es la repetición de la expe­ riencia del niño. El hombre hace frente a las fuerzas amenazadoras del mismo modo que, de niño, aprendió a valerse de su propia inseguridad apoyándose en su padre, admirándolo y temiéndolo. Freud compara la religión con las neurosis obsesivas que hallamos en los niños. Y tam­ bién, según él, la religión es una neurosis infantil colectiva, causada por condiciones similares a las que producen la neurosis infatil (O. C., II, 961 ). Un análisis más pormenorizado de la psicogenia freudiana de la religiosidad nos obligaría a precisiones bastante extensas y complejas Está, en primer lugar, la religión como respuesta a las «frustaciones» (o ausencia de respuestas satisfactorias a necesidades o deseos huma­ nos), que nos hacen regresar a fases muy primarias de la ontogenia del desarrollo psicológico, cual es sobre todo la fase del narcisismo pri­ mitivo, con las típicas tendencias a la «referencia personal» y a la «realización imaginaria», que se concretan en egocentrismo, falsa li­ bertad descomprometida y autovaloración fantástica, con la consi­ guiente y profunda alteración de la realidad que todos estos mecanis­ mos conllevan, tal y como se expone en El porvenir de una ilusión y El malestar en la cultura. En segundo lugar está la religión como respuesta o evasión de 25. Cf. en FROMM, E., Psicoanálisis y religión (trad. esp., Buenos Aires 1967), el capítulo sobre Freud. 26. Cf. TORNOS, op. cit., caps. 1 y 2; VERGOTE, op. cit., caps. 2 y 3.

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