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62 HEGEL REDIVIVO año, y Goethe se impacientaba una vez más por conocer el nuevo producto de su leal amigo. Pero antes que la interesante reacción del olímpico, expresaron por carta la suya los antiguos rivales de Hegel. Jacobi, enfermo, hubo de emprender un viaje de solaz por prescrip­ ción médica, y eligió como meta Nuremberg, donde se ilusionaba con la visita a hombres con quienes no había tratado personalmente nun­ ca. Entre ellos Juan Pablo, Schubert y Hegel. El encuentro tuvo lu­ gar y suponemos sería cordial, quedando Jacobi vencido por la perso­ nalidad de Hegel, al que más tarde recomendaría para la cátedra de Berlín, pero no convencido por su filosofía. La impresión del propio Hegel quedó quizás reflejada en la frase de Juan Pablo, que afirmaba apenas celebrada la entrevista: «Es imposible no amar al viejo, tan­ to que su mismo adversario filosófico. Hegel, lo ama ya». De regre­ so en Munich y con esa grata impresión, dejada por el contacto per­ sonal, se puso Jacobi a leer la lógica hegeliana, pero no pudo acabar su lectura, que se le hacía inaguantable, apartándola de su vista para siempre, como le confiaba a Fries. De éste esperaba justicia para el libro y su autor. Mas a nadie causaron tanto horror y desilusión ciertas expresio­ nes de la presunta nueva lógica de Hegel como a Goethe, con cuya concepción de la naturaleza contrastaban al vivo. Lo curioso y ridí­ culo del caso es que el gravísimo poeta estaba siendo víctima de su propio engaño y ligereza, al tiempo que atribuía a Hegel las inten­ ciones más aviesas. El azar puso ante sus ojos una cita que él creyó tomada del «prólogo de Hegel a su lógica». De aquel pasaje, que es uno de los característicos de la prosa del filósofo y símil perfecto de 1 a Aufhebung, dijo el poeta que no e ra posible a firm a r algo más monstruoso y antinatural. «Ha caído en mis manos — escribía a Th. J. Seebeck el 28 de diciembre de 1812— un párrafo de la lógica de Hegel, que dice así: “ E l c a p u llo d e s a p a r e c e a l a b r ir s e la flo r , y p o d r ía d e c ir s e q u e é s ta e s la c o n t r a d ic c ió n d e a q u é l; ig u a lm e n t e e l fr u t o h a c e q u e la f l o r a p a r e z c a c o m o u n fa ls o s e r d e la p la n t a , p r e s e n t á n d o s e , c o m o su v e r d a d , a q u é l e n v e z d e é s ta . E s a s fo r m a s s e v a n s u ­ p la n t a n d o c o m o in c o m p a t ib le s e n t r e sí, p e r o su flu id a n a t u r a ­ le z a la s c o n v ie r t e a l m is m o t ie m p o e n m o m e n t o s d e la u n id a d o r g á n ic a , e n la c u a l n o s ó lo n o se c o n t r a d ic e , s in o q u e t a n n e ­ c e s a r io e s u n o c o m o o t r o , s ie n d o e s a ig u a l n e c e s id a d lo q u e c o n s ­ tituye la v id a d e l t o d o ” .

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