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S. GONZALEZ 9 «paqíd», según su uso bíblico, parece indicar más bien una autoridad relativamente independiente, cuya función principal es la administra- ción de los bienes y el cuidado del orden. T a l sería el significado del mandato de Godolías. E s claro que Godolías estaba en todo sujeto al poder caldeo. De hecho él mismo se define como «intercesor y mediador» ante los cal­ deos: «Yo me estableceré en M izpah para presentarme e interceder delante de los caldeos que serán enviados a nosotros» (Jer 40 , 10 ). N a ­ da cierto sabemos, sin embargo, sobre las relaciones con la provincia babilónica de Samaría. Durante todo el tiempo del dominio persa, hasta la independencia bajo Nehem ías, Judá estuvo bajo la depen­ dencia de Samaría. Esto claramente aparece en los libros de Esdras y Nehem ías. ¿Cuándo tuvo lugar esta dolorosa incorporación de la parte judía al dominio de Sam aría? Nada sabemos en concreto. De hecho, la estructura y la organización del imperio neo-babilónico pa­ saron y se conservaron, casi inmutables, en el imperio persa, por lo menos hasta la gran reforma adm in istrativa de Darío I ( 521 - 485 ). Consecuentemente nos es lícito sospechar que la incardinación de Judá a Samaría ya tuvo su realidad histórica durante el dominio babiló­ nico. Lo s judíos, en efecto, al tiempo de la repatriación, difícilmente, y después de largo tiempo, obtuvieron la independencia de Samaría. Esto parece suponer que la subordinación se ven ía sufriendo desde hacía mucho tiempo. Pero este estado jurídico pudo ser establecido en diversas circunstancias: en el año 587 , o después de la muerte de Godolías, o bien en la campaña del año 582 , en el año 23 del reinado de Nabucodonosor * . Este problema está unido, de alguna manera, con la extensión de la nueva provincia de Judá. Como hemos de ve r, la extensión del territorio de Judá, en este tiempo, debió ser muy reducida. D e tal manera que una gran parte del antiguo reino fue a caer en manos de las provincias vecinas. D e este hecho parte A . A lt para preguntar si de un territorio tan reducido los caldeos pudieron constituir una pro­ Para la forma correspondiente en acádico: «pakadu» cfr. O. BAUR, Akkadische Leses- tücke 3: Glossar (Roma 1953) 25; M. SAN NICOLO-A. UNGNAD, Neubabylonische Rechts und Verwaltungsurkunde I {Leipzig 1935) 747s. 549. 27. Sobre las relaciones entre Samaria y Judá, cfr. el magnifico estudio de A. ALT, Die Rolle Samarías bei der Entstehung des Judentums, en Kleine Schriften II 316-337; R. DE VAUX, DBS IV 759.

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