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2 8 LA SITUACION DE JUBA BAJO GODOLIAS fortaleza del reino meridional. Esto no obstante, sea a causa de las evidencias arqueológicas : una ciudad habitada initerrumpidamente en los años que siguen al destierro, un notable número de «lamelek». allí encontrados, inscripciones que parece pueden fácilmente leerse «Miz- pah» ; sea a causa de la admirable concordancia de los datos arqueoló- giccs con los datos literarios de la Biblia, parece más probable la identi­ ficación de Teli En-Nasbeh con Mizpah I3Í. 2. Colaboradores : Jeremías. Entre los principales colaboradores en la obra de restauración debemos contar con el profeta Jeremías. Aunque muy poco sabemos de él en esta época. Los acontecimientos, que con tanta insistencia había predicho, habían encontrado su cum­ plimiento. Consecuentemente su figura profètica debió crecer grande­ mente entre el «resto» dejado en la tierra de Judá 13\ En un momento tan difícil para Judá la presencia del profeta debió significar mucho. La edad del profeta, en esta época, la podemos determinar, de alguna manera. Jeremías había sido llamado a la vocación profètica el año 13 del reinado de Josías ( = 627/6), siendo aún muy joven136. Es decir, que tendría de 20 a 25 años. Luego al tiempo de la destrucción de Jerusalén estaba entre los 60 y los 65 años I3?. Poco antes de la en­ trada de los caldeos en Jerusalén el profeta había tenido que superar circunstancias duras y peligrosas para su vida. El rey había ordenado arrojarle en una cisterna, para que muriera de hambre. Fue salvado oportunamente por Abimelech, etíope, siervo de palacio. «Y perma­ neció en vestíbulo de la cárcel hasta el día en q u e fue tomada Je­ rusalén» 138. El texto del libro de Jeremías es bastante confuso en to­ do lo relacionado con la persona del profeta, en los días q u e siguie­ ron a la toma de Jerusalén. Dejando a p a r te las cuestiones que p e r t e ­ necen más bien a la crítica literaria, podemos reconstruir así la línea de los acontecimientos : Durante el tiempo de la ocupación de Jeru­ salén Jeremías se encontraba aún en la cárcel139. Después recibió una cierta libertad. Un mes más tarde vino Nebuzarden a Jerusalén. A él le había encomendado Nabucodonosor la persona del profeta. Sin 134. J. M U IL E N B U R G , ar. cit. p. 42. 135. Cfr. 3er 42, 1-3. 136. 3er 1,6. 137. C fr. W IE S M A N N , Die Klagelieder, p. 85. 138. 3er 38, 28. 139. Cf. P. V O LZ , Der Prophet 3eremia, pp. 342.

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