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S. GONZALEZ 21 documentos. A esto debemos añadir que Judá venía sufriendo, des­ de los días del rey }osías, guerras y devastaciones, tanto por parte de los egipcios y caldeos como por parte de los pueblos vecinos. Final­ mente debemos tener en cuenta que la provincia de la que Godolías fue constituido «paqid» había sufrido una notable reducción de lími­ tes. Consecuentemente resulta imposible dar una estadística exacta de la población de Judá, bajo el gobierno de Godolías. Con todo inten­ taremos, a base de ciertos datos más o menos seguros y ciertos, cal­ cular aproximadamente el número de habitantes y su diversa condi­ ción social. i . El punto de partida para determinar el número de habitan­ tes es la noticia que se nos da en el «Taylor-Cilinder» 85. En él lee­ mos, sobre la tercera campaña de Senaquerib en el año 701 en Pa­ lestina : «Y en cuanto a Hezequías, el de Judá, que no se quiso so­ meter a mi yugo, yo asedié 46 de sus fuertes ciudades amuralladas y un sin número de pequeñas ciudades que estaban en sus alrededores... 200.150 personas, grandes y pequeños, hombres y mujeres... saqué de ellas y lo computé todo como botín» *. A pesar de las sospechas que, contra el elevado número de prisioneros, ha lanzado Ungnad ”, la cifra parece ser totalmente aceptable. Se debe notar que no se tra­ ta de cautivos, en sentido estricto, sino de los habitantes que logró someter a su dominio. El número de ciudades conquistadas justifica plenamente el número final de los habitantes ". Senaquerib había lo­ grado, en la tercera campaña, apoderarse de todo el reino del sur, me­ nos de la ciudad de Jerusalén. Por lo mismo podemos pensar que la cifra del «Taylor-Cilinder» nos da, de alguna manera, el número de habitantes de Judá, exceptuada Jerusalén. Esta última, según cálcu­ los aproximados, debía oscilar entre los 30-35.000 habitantes. A es­ tos debemos añadir el elevado número de refugiados, que, de todas 95. L U C K E N B IL L , Ancient Records. Assyrian and Babylonia, I I . Chicago 1927, p. 120; A N E T 2 p. 288; G R E S SM A N N , A O T , p. 353. 96. Sobre los diversos problemas que envuelve consigo la campaña de Se­ naquerib en Siria y Palestina, se puede ver; L . L L . H O N O R , Sennacherib’s Inva­ sion of Palestine. A. critical Source Study (N . Y o rk 1926); O. E lS S F E L D T , en P J 27 (1931) 58-65. 97. A. U N G N A D , Die Zahl der von Sanherib deportierten Judder, en ZAW 59 (1943) 199-202; R U D O L P H , Esra, p. 26n2; ID E M ., Sanherib in Palästine, en P J 25 (1929) 67; A. A L T , Kleine Schriften I I , pp. 242-243. 98. E . M E Y E R , Das Judentum, pp. 108-110; K I T T E L , G V I, I I I , pp. 59s; II, p. 430.

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