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V IC E N T E M U Ñ IZ 385 vertiente de comunicación y expresión. Como expresión, el cono­ cimiento es epifanía de la persona humana y de la realidad exte­ rior con la que ésta convive. Como comunicación, es don coloquial en el que las personas humanas hacen transferencia recíproca de su interioridad. El hombre se constituye situacionalmente por un dentro y un afuera: una interioridad donde replegarse y un mundo exterior donde verterse. La intimidad humana es el lugar natural de la reflexión. Merced a ella, el hombre puede lanzar proyectos sobre el mundo y no quedar en algo meramente arrojado entre las cosas ni en simple animal que convive. Es dueño de proyectos, ex-pone fuera lo que lleva dentro. Precisamente expresar significa esto, sacar hacia afuera, poner en evidencia lo retenido y oculto. Algo se ex­ presa, cuando se comunica. Cuando lo que era íntimo y estaba, por ello, oculto y retenido se convierte en realidad captable y compren­ sible a otras inteligencias. Los elementos intuitivos, expresivos y lingüísticos son en este punto verdadera encrucijada en donde se equivocan y confunden. Lo que se proyecta o expone hacia afuera es de antemano captado por la mente. Pero en esta captación hay influencias recíprocas entre los diversos elementos. Reinos de sen­ tido idiomàtico crean reinos cognoscitivos y viceversa. Formas ex­ presivas imprimen a priori o simultáneamente tendencias cognos­ citivas a la mente para captar la realidad de muy diversa manera. Un hecho de la vida real puede servir de ejemplo. Aquel que sirvió de argumento al pintor Sorolla para su cuadro «aún dicen que el pescado es caro». Trátase de una familia que debe vender, rega­ teando, el fruto de la pesca que costó la vida a uno de sus miem­ bros. El suceso puede ser captado por un artista, un científico o un filósofo. Cada uno de ellos lo verá con ojos diversos. El artista lo verá en forma dramática, el científico en sus relaciones próxi­ mas causales, el filósofo en sus relaciones últimas con el más allá de la vida humana. No es que primero aprehendan el hecho y luego busquen un modo de expresarlo poética, científica o filosóficamente, sino que aprehenden ya el hecho en una de estas tres formas ex­ presivas. La expresión entra, así, en el constitutivo de la visión misma del hecho y es su principio de comunicación exterior l7. Esto mismo sucede también con el símbolo y significa que éste se veri­ fica de manera múltiple, según unificación de formas intuitivo-ex- 17. B. Croce, Estética como ciencia de la expresión o Lingüistica general. Es con ocida la tesis que defiende Croce en este libro: la intuición es imposible sin la expresión. Desarrollada su tesis en conexión especial con la estética, la extiende después a todo el plano del conocim iento.

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