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VICENTE MUiÑIZ 383 dad que el poeta intuye no sólo en su alma, sino en el espíritu de la colectividad lingüística a que pertenece. No cabe dudar de este hecho, cuando la imagen visionaria y la visión son el conte­ nido perceptivo de lo simbólico literario9. La segunda clase de preguntas que afecta a los elementos cog­ noscitivos del símbolo coloca en problemática al conocimiento mis­ mo desde dos ángulos de visión diferente: extensivo, uno; otro cualitativo. El primero se pregunta por el alcance y límites del simbolismo dentro del conocimiento humano. ¿Puede éste ser con­ siderado en su totalidad como algo simbólico? La pregunta obedece a la tentación de considerar a la realidad sólo en sus aspectos cuánticos y a la mente humana como estructura funcional mate­ mática. Esta tentación subyace y aflora repetidamente en la histo­ ria del pensamiento humano ya desde los pitagóricos. A este res­ pecto, la corriente neopositivista lógica y científica es el mejor expo­ nente contemporáneo. Si se está de acuerdo en que la realidad sólo puede ser adecuadamente expresada en lenguaje matemático, y en que este lenguaje es simbólico, no extrañará el que se establezcan teorías del conocimiento como un todo simbólico. Lambert pre- anunció ya en su Organon, razonándolo, este hecho 10. Desde el punto de vista extensivo, el problema deriva de una concepción siempre previa sobre la naturaleza y alcance del conocimiento hu­ mano en general. Como ejemplo contrapuesto al neopositivismo contemporáneo, podría citarse la teoría bergsoniana de la que se deduce que todo conocimiento profundo de la realidad importa la eliminación de símbolos n. Entre estas dos posiciones extremas, se instalan otras dos especulaciones filosóficas dignas de aprecio. Me refiero a las teorías del bi-representacionismo y de las formas simbólicas. La primera, defendida originariamente, por A. N. Whi­ tehead, ha sido formulada de manera más explícita y detallada por B. H. Streeter. Se acepta multiplicidad de modos en el conocer. La ciencia con su método de abstracción no es sino uno de estos mo­ dos. Y en tanto que la ciencia y el método científico tratan con el aspecto cuantitativo de las cosas, el arte y la religión tratan con cualidades y valores 12. Teoría muy parecida a ésta es la John Dewey que reserva arbi­ trariamente la palabra «conocer» para el uso científico, y sostiene 9. C. B usoño , o. c., p. 105ss. 10. Citado por Vaihingcr en La Filosofía del como sí, p. 80. 11. M. Bergson, Introducción a la Metafísica y a la intuición filosófica. Buenos Aires 1956, p. 18. 12. W. M. U rban , o . c ., p. 279ss.

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