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ANTONIO PINTOR-RAMOS 30S Fys y la Met— se encuentra una idea que vendría como anillo al dedo para seguir manteniendo una interpretación similar; decía allí Aristóteles, como se sabe, que los presocráticos, al menos los primeros, más que filósofos rigurosamente hablando, eran físicos. Esto llevó a la historiografía positivista, representada de modo emi­ nente en este problema por Burnet y Gomperz3, a entender los presocráticos como precedentes de una ciencia positiva de la na­ turaleza en sentido moderno. Sin embargo, el propio Aristóteles había indicado una interpretación mítica refiriéndose al pensamien­ to de Tales que veía en el agua el «arkhé» de todas las cosas'(Met A 3, 938 b 20) y el propio filósofo de Etagira, considerado como prototipo del racionalismo helénico, consideraba el mito como una forma rudimentaria de filosofía (Met A 2, 982 b). La cuestión se hace más compleja de lo que parecía a primera vista y ese salto brusco del mito al lógos empieza a hacerse problemático. En 1940 publica W Nestle su gran obra Vom Mythos zwn Logos que revoluciona la historiografía de los presocráticos y busca una solución intermedia. El pensamiento griego — Nestle se detenía en el siglo v—•es, dicho con un término moderno, un proceso de des- mitologización y racionalización del pensamiento; los presocráticos se van desligando poco a poco de las influencias religiosas y van dejando de lado el recurso a realidades trascendentes muy valo­ radas en las religiones helénicas de la época heroica (Homero, Hesíodo, Ferécides, etc.). Como se ve, esta tesis se mueve dentro de las ideas históricas de Aristóteles al respecto arriba aludidas y algu­ nas ideas de los presocráticos parecen confirmarla; por ejemplo, la crítica a ¡as religiones antropomórficas en Jenófanes. Sin embargo, tropezamos más tarde con Platón en el cual el mito tiene impor­ tancia capital; en su obra Griechische Geistesgeschichte (1944), Nestle ampliaba su investigación hasta Lucano, pero la cuestión se podía salvar recurriendo al evemerismo o interpretación alegó­ rica de los mitos. Sin embargo, se sigue manteniendo una visión del mito típicamente positivista: «El mito es inconexo y sin sen­ tido; y no sólo hay representación mítica, sino también pensamiento mítico, y éste se sirve también, como todo pensamiento humano, de la categoría de causalidad; se pregunta por la causa y el efecto. La pregunta «¿por qué?»... se encuentra, por decirlo con Kant, ínsita jl priori, desde el principio, en el ser humano, Pero la res­ puesta, eí «porque», no puede ser dada más que por la experiencia. 3. Burnet, J., Early greek Philosophy. London 1892; Gomperz, T., Griechische Denker. Leipzig 1893-1909.

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