PS_NyG_1970v017n003p0301_0350

ANTONIO PINTOR-RAMOS 339 de un lenguaje similar al que usan los relatos mitológicos, lenguaje que, más que a la razón, habla al sentimiento estético del hombre. Otto habla de cierta «voz divina que resonaba con un poder infi­ nitamente mayor que para los que llamamos poetas». Kerenyi llega a la arriesgada afirmación de que «el mito proporciona un saber que se anticipa a la filosofía y la hace supèrflua», pues, a través de una extraña alquimia y un lenguaje que asemeja el de un Bóhme, encuentra sorprendentes correspondencias como el tema mítico del «origen» con el de «ser y esencia» en filosofía. Si se lee la intro­ ducción de su obra Le, mythologie des Grecs 75, se puede notar que lo que pretende Kerényi es «contar de nuevo» los mitos, lo mismo que los contaban los rapsodas en la época mítica. En otro lugar afirmará explícitamente: «Quien desee avanzar en el conocimiento de los mitos no debe referirse a ninguna consideración teórica, a ningún juicio... Ni siquiera debe preocuparse demasiado de las fuentes. Necesitará acudir allí él mismo, sumergirse en el agua fresca que de allí mana y bebería a fin de que se extienda por nos­ otros y haga vibrar nuestros dones secretos para sentir Ja mito­ logía» 76 . La comparación con la música es muy del gusto de Ke­ rényi y, lo mismo que en música, es necesario «tener oído», para la comprensión de la mitología se exige poder vibrar al unísono77. Se podría pensar entonces que esta dirección es poco apta para el análisis de los mitos y exige dotes personales que, más que un estudio del mito, significan una actitud estética frente a él. Sin embargo, Kérenyi distingue entre «mito» y «mitologema»78: siguien­ do con la comparación musical, podríamos decir que el mitologema es el «tema» del cual la mitología, en tanto que disciplina que compendia los distintos mitos, representa las distintas «variacio­ nes». Como se ve, también Kerényi acepta que el universo mítico tiene ciertas estructuras, aunque sin exclusivizar este aspecto y darle el relieve avasallador que tiene en Lévi-Strauss. La labor de estos mitólogos es importante en tanto que pone de relieve las estrecheces del positivismo y un área que éste no podrá compren­ der nunca. Pero sus criterios, si es que existen, son muy elásticos y parecen remitir a una vivencia estética que pueden poseer esos autores, poniendo de relieve aspectos olvidados, pero con un mé­ todo imposible de controlar objetivamente. Quizá no esté de más 75. Paris 1952, pp. 5-16. 76. Jung-Kerenyi, Introduction à l'essence de la mythologie. Paris 1968, p. 11. 77. Cf. Ibid., p. 15. 78. Ibid., p. 13.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz