PS_NyG_1970v017n003p0301_0350

ANTONIO PINTOR-RAMOS 335 dentro de su propio contexto cultural y sociológico y, dejando de lado incontrolables teorías especulativas, se debe examinar la fun­ ción que cumple dentro del medio en que se da: «El mito cumple en la cultura primitiva una función indispensable: expresa, exalta y codifica las creencias; custodia y legitima la moralidad; garan­ tiza la eficacia del ritual y contiene reglas prácticas para aleccionar al hombre» 59. El mito es una función dentro de ese todo que es cada cultura y su sentido sólo se capta estudiando la función que cumple; en virtud de esto, Malinowski niega que el mito sea ori­ ginariamente simbólico, pues para el primitivo es realidad pero él no propone una teoría nueva del mito, sino un método de inves­ tigación — el funcionalismo — que sirva al investigador de los pue­ blos primitivos y lo libere de prejuicios 61. El único peligro es hacer del funcionalismo una ideología y hacer de cada cultura una mó­ nada aislada y cerrada sobre sí misma sin posible influencia recí­ proca, al modo de los ciclos culturales de Spengler; con ello se descuidaría la unidad estructural de los mitos, que vamos a ver muy destacada en Lévi-Strauss. Otra corrección importantes se debe a Ernst Cassirer que define al hombre como creador de símbolos. La relación del hombre con la realidad no es inmediata, sino que está mediatizada por símbolos que son las formas vicarias de la realidad en el conocimiento; la ciencia es para Cassirer un sistema de símbolos, lo mismo que el lenguaje o el arte. Pero el valor de los distintos símbolos no es igual; no se olvide que estamos en el horizonte del neokantismo de Marburgo. El único conocimiento objetivo de la realidad es el que nos proporciona la ciencia experimental, tal como quedó esta­ blecido en la kantiana Crítica de la razón pura ; el mito como instrumento del conocimiento científico de la realidad no tiene valor alguno y Cassirer no puede aceptar el intento de Frazer de homologar mito y ciencia 62. Pero la tesis de Lévy-Brühl, aparte de que sería contradictoria, no está probada63. El mito no se puede estudiar desde la lógica porque en él tiene importancia decisiva el sentimiento general de la vida que intenta transmitir 64 y su fun­ 59. Ibid., p. 33. 60. Ibid., pp. 39-40. 61. Ibid., p. 99. Sobre el funcionalismo, cf. Malinowski, B., Una teoría científica de la cultura, cit., pp. 153-186. 62. Cassirer, E., Antropología filosófica. Introducción a una filosofía da lacul­ tura. 4 ed., México1965, pp. 115, 118. Esta obra es un resumen accesible de su gran obra Philosophie der symbolischen Formen, cuyo segundo tom o (1925) está dedicado al mito. 63. Ibid., p. 124. El mito del estado. 2‘ ed., México 1968, p. 19. 64. Antropologíafilosófica, p. 127.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz