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ANTONIO PINTOR-RAMOS 331 que las palabras se empiezan a usar fuera de su sentido propio, es decir, metafóricamente; por ello, los «numina» no son más que «nomina». Respecto al origen de la religión defiende una imprecisa teoría, llamada henoteísmo, algo anterior al monoteísmo o poli­ teísmo, al animismo o al fetichismo. Max Mtiller creó una escuela que difundió las doctrinas de! maestro. Todo esto concluj'e en la ingente labor enciclopédica de Sir James G. Frazer. Su postura teórica fue muy vacilante y dio la razón sucesivamente a varias teoríá's a lo largo de su vida, pero la inmensa mole de erudición que representan sus obras 51 fue el pozo en donde han ido a saciar su sed innumerables antropólogos de todas las tendencias. En una actitud abiertamente ecléctica, Frazer compendia gran número de tradiciones heterogéneas pro­ cedentes de los lugares más diversos. Su valor es justamente ese: rico arsenal de materiales, su obra peca de falta de integración por aunar doctrinas demasiado heterogéneas. Problema muy debatido en la segunda década del siglo actual fue el del totemismo. El término «tótem» procede de los indios americanos Ojibwa, tribu residente al Sur de la región de los Gran­ des Lagos; algunos creyeron encontrar en el totemismo la llave mágica que soluciona todos los problemas míticos y religiosos de los pueblos primitivos. El material etnológico fue presentado otra vez por Frazer en otra obra de descomunales proporciones: Tote- mism and Exogamy (1910), aunque Frazer abandonó pronto tal hipótesis. E. Durkheim dedicó una famosa obra al mismo proble­ ma sobre una documentación tomada de los pueblos australianos: Les formes élementaires de la vie religieuse (1912) y hasta Freud se sintió tentado por el material presentado por Frazer, ofreciendo una curiosa interpretación psicoanalítica en Tótem und Tabú (1913) con más imaginación que fundamentación; la horda primitiva, el parricidio original por el clan de hermanos, el incesto, etc., son algunas conocidas doctrinas de esta obra. La discusión arreció y a partir de 1912 el P. Wilhelm Schmidt abrió una tribuna en su re­ vista Anthropos para discutir el problema con colaboraciones de 51. La simple enumeración de sus obras principales causa estupor: The golden Bough, la primera edición (1891) tenía dos volúmenes y la tercera y definitiva (1911-1918) tiene doce; existe un com pendio: La rama clorada. México 1944, hecho por el propio Frazer. The Belief in inmortality. London 1913-1924, tres vols. Totemism and Exogamy. London 1910, cuatro vols. The Folklore in the Oíd Testament. Lon­ don 1918, tres vols. No se encuentra un monumento de erudición comparable a Frazer. Cf. la vivaz semblanza de Maünowski: Sir James George Frazer. Una sem­ blanza biográfica, en Malinowsxi, B., Una teoría científica de la cultura y otros ensayos. Barcelona 1970, pp. 187-231.

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